La liberalización del sector de la información telefónica
proviene de la orden ministerial de 4 de abril de 2002 que contemplaba el cambio
del 1003 y la apertura de números cortos 118AA. El 6 de febrero de 2003
comenzaba a funcionar el primer servicio y dos meses más tarde dejaba de
funcionar el 1003.
Lo que poca gente conoce es que el antiguo 1003 sigue existiendo: se ha
transformado en el 11818 y cuenta con la tarifa más económica, 0,35 euros por
llamada desde un fijo, 0,51 el primer minuto desde móvil de la misma compañía y
gratuito desde sus cabinas públicas. Se trata de una obligación contenida en el
Reglamento de Servicio Universal que corresponde a la, durante tantos años,
empresa gestora del monopolio telefónico en España.
La información se limita a teléfonos de ámbito nacional y es, por tanto, la
opción más económica para los usuarios ocasionales que sólo necesitan conocer el
número de un abonado o alguna empresa concreta.
El resto de teléfonos 118xx que se anuncian en los medios de comunicación se
denominan Servicios de Información con Valor Añadido. Un estudio de la
asociación de consumidores FACUA sobre las más de veinte empresas existentes en
la actualidad ha detectado diferencias de hasta un 458 por ciento en las tarifas
de estos números.
Ante este dato, FACUA ha solicitado que se obligue a estas compañías a informar
a los clientes del coste del servicio desde cualquier operador fijo o móvil a
través de locuciones gratuitas antes de comenzar a facturar el servicio.
Actualmente, esta locución solo informa de la tarifa desde un número fijo de
Telefónica, por lo que, si se llama desde un teléfono de otra operadora o desde
móvil la información no es correcta.
Desde un teléfono fijo, el precio del primer minuto oscila entre 0,55 y 1,38
euros, según compañía. Casi todas cobran 7 céntimos por la locución inicial,
aunque en algunas es gratis. El minuto adicional oscila entre 0,28 y 0,75 euros.
Estos Servicios de Información con Valor Añadido aportan más datos que el
servicio universal. Se puede obtener, por ejemplo, el domicilio o código postal
del abonado. Algunos de estos números atienden además en otras lenguas
oficiales, como catalán, gallego y euskera. También ofrecen la posibilidad de
enviar la respuesta al móvil del usuario, a un fax o a una dirección de correo
electrónico. |