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Tectimes - Desde hace un tiempo, BitTorrent viene ganando
adeptos en el mundo de los archivos compartidos con una transferencia punto a
punto (peer to peer, o P2P). Veamos de qué se trata, y cuál es la razón de este
éxito repentino.
Estamos en la era del P2P. Todos hablan del tema y es casi imposible que alguien
que utilice Internet no haya usado un programa de este tipo, aunque los
contenidos que se descarguen sean ilegales y tanto la RIAA como la MPAA estén
bastante molestas por esta razón.
La historia es bastante reciente. Comenzó con el clásico Napster, donde todos se
conectaban a un servidor central que servía para las búsquedas. Los juicios
hicieron que el servicio tuviera que cerrar. La posta fue tomada por el hoy
difunto AudioGalaxy, que utilizaba un sistema mixto, ya que las búsquedas se
hacían mediante su sitio web. Las presiones obligaron a poner filtros, y eso fue
el principio del fin, porque no nos dejaba encontrar casi nada en nuestras
búsquedas.
Otra red que comenzó a crecer fue Fastrack, a cargo de programas como Morpheus,
KaZaA y Grokster. Morpheus decidió cambiarse a la red libre Gnutella por las
mismas presiones, y hoy trata de redefinirse como un cliente múltiple al
conectarse tanto a la red Fastrack como a Edonkey (que comentaremos en breve)
simultáneamente. KaZaA, por su parte, debió “mudarse”, cambiando de firma y de
país.
Edonkey y sus clones, especialmente Emule, también se ganaron su espacio. Con
servidores distribuidos, es mucho más difícil de cerrar, pero también es más
complicado encontrar archivos cuando los usuarios no están en ese servidor. De
la mano de ellos aparecen los e-links, unos enlaces que comienzan con ed2k:// e
incluyen la definición para poder asegurar que ese archivo que uno va a bajar
sea el correcto.
Hay más, como Gnutella e Imesh, pero dejémonos de historia y vayamos al tema
central.
Todos estos sistemas tienen algo en común: las búsquedas se realizan en algún
servidor, aunque una vez comenzada la descarga, se desentienden del tema. El
éxito de algunos de estos sistemas también hace que cada día haya más archivos
en cola esperando a ser descargados, debido a la cantidad de usuarios y a la
velocidad limitada de las conexiones.
Es aquí donde BitTorrent todavía no está llegando a ese límite. La principal
causa es que no usa buscadores. ¿Y cómo nos enteramos de lo que hay para bajar?
Mediante los sitios y trackers que albergan los .torrent, que son los archivos
que tienen la definición completa de qué es lo que vamos a descargar.
Según los autores, el programa trata de evitar la sobrecarga
que genera descargar archivos de un solo servidor, como en el caso de los sitios
web y FTP. La solución que le encuentran es distribuir el contenido entre todos
los usuarios posibles.
En lugar de servidores que se dedican a las búsquedas,
encontramos trackers, que se encargan de tramitar las conexiones entre usuarios
y de llevar la cuenta de qué parte de cada archivo está compartiendo y
descargando cada uno. Cualquiera puede instalar un tracker en su computadora
mientras tenga una conexión que le permita estar online la mayor parte del
tiempo posible.
Cada usuario que se conecta al tracker se llama peer, y puede enviar y recibir
partes del archivo. Los usuarios que tienen el archivo por compartir completo se
llaman seeds, y su meta es enviar el archivo a quienes lo soliciten.
Esas partes se unen por medio de los .torrent, pequeños archivos que cada seed
genera y sube al tracker elegido. Estos incluyen: el nombre del archivo por
descargar (ya que mediante un solo torrent se pueden descargar múltiples
archivos), la dirección del tracker para saber adónde conectarse, y el hash
necesario para asegurar la exactitud del archivo descargado.
La forma básica de encontrar archivos .torrent es mediante páginas web
destinadas a ese fin. También se han creado pequeños programas que buscan en
estas páginas y nos ahorran el trabajo de ir rastreando una por una.
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