La opinión del reportero es compartida por otros reporteros que dependen de la
informática para enviar sus crónicas a sus periódicos.
Este tema se ha convertido en el principal tema de conversación entre unos
profesionales que apremiados por el tiempo muestran su nerviosismo y la falta de
medios que encuentran para desarrollar su tarea.
"Los atascos y colas y las maldiciones hacía aquel que ha conseguido ocupar
un ordenador son el tema principal de conversación", mientras esperan ocupar
el codiciado asiento frente al terminal. Sin embargo, algunos que se les han
avanzado utilizan la conexión para enviar mensajes privados o chatear, lo que
levanta la ira de los que esperan.
Mientras, algunos latinoamericanos y españoles acostumbrados a teclados
distintos, se las arreglan para conocer como insertar los acentos o la "ñ" en el
ordenador que por fin han conseguido. O descubrir donde esta la arroba. "El
teclado anglosajón es distinto al que están acostumbrados a utilizar y eso
también ralentiza su uso", dice otro periodista.
Pero ese no es el único problema. Resulta que en algunos lugares la conexión de
ordenadores portátiles a la red es distinta a la utilizada en otros países y eso
hace "casi" imposible conectar los laptots donde han acumulado el trabajo de la
jornada.
"Es un hecho que lugares como éste, que abren las 24 horas, son, como los
hoteles, los mejores negocios en Atenas y el mejor refugio de reporteros que
viene a descargar su mal humor y hartazgo de un trabajo que apenas empieza",
dijo el periodista de "Crónica", uno, más, de los desplazados a la ciudad
olímpica y "víctima" de esta situación.
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