Agencias - Hace unos días, mientras en San Francisco se
desarrollaba la feria LinuxWorld y se celebraban los avances tecnológicos y
empresariales relacionados con Linux, dos noticias pusieron a dudar a los
incrédulos, a frotarse las manos a algunos rivales de este sistema y en alerta a
las empresas que lo utilizan.
Por una parte, Open Source Risk Management (OSRM), una compañía creada para
impulsar el software libre por medio de servicios de protección de riesgos
legales, publicó un estudio según el cual el kernel de Linux viola 283 patentes
de diferentes compañías (el kernel es el núcleo de un sistema operativo).
Casi al mismo tiempo, se suspendió temporalmente el proyecto de transición de
Windows a Linux de la ciudad de Munich (Alemania), el más grande de su tipo en
el mundo y uno de los caballitos de batalla de los defensores del software
libre. La decisión se tomó ante el temor de que Linux pueda generar un problema
de patentes con una nueva legislación que se está elaborando en la Unión
Europea. Finalmente el gobierno de esa ciudad decidió
reanudar el proyecto.
El sistema operativo Linux tiene una presencia mínima en los PC para el
hogar, pero cada día es más utilizado en las empresas, en donde se ha convertido
en el principal rival de las versiones corporativas de Windows (el sistema
operativo es el programa que controla el funcionamiento de un computador y de
las demás aplicaciones).
El principal atractivo de Linux es el hecho de ser un sistema libre (se puede
modificar y no pertenece a nadie) y su menor costo de adquisición (se puede
bajar gratis de Internet, o se compra por un precio bajo a compañías como Novell
y Red Hat, o a fabricantes de equipos como IBM y HP).
Casi congelan al pingüino
Aunque Linux ha logrado posicionarse en diversos campos como una alternativa
viable y está presente en implementaciones grandes y complejas, ningún proyecto
tiene el tamaño ni las implicaciones de la migración de Munich hacia Linux.
El proyecto, que consiste en la instalación de Linux en 14.000 computadores,
en remplazo de Windows, ha sido destacado como un modelo para otras ciudades y
organizaciones gubernamentales en el mundo, no sólo por su magnitud, sino por
los ahorros que, según los estudios previos, podría generarle a la ciudad, tanto
en costos de instalación como de mantenimiento y de seguridad.
El proyecto experimentó algunos problemas durante el primer semestre del año,
relacionados con la resistencia al cambio por parte de los empleados públicos y
con dificultades para adaptar software especializado al nuevo sistema.
Pero su peor momento fue en la primera semana de agosto, cuando la
municipalidad anunció que lo congelaría por el riesgo de que los 14 mil
computadores con Linux violaran patentes y, de esta forma, la ciudad enfrentara
problemas legales. La medida se tomó tras la promulgación de una nueva ley de
patentes de software en la Unión Europea.
Sin embargo, los líderes del proyecto en Munich, representados por el
alcalde, Christian Ude, señalaron que la ciudad está comprometida con el
software libre, y que el proyecto sólo se congelaría mientras se establecía cómo
la nueva legislación podría afectar la migración. Y efectivamente, Ude anunció
el 13 de agosto la reanudación de la transición.
Algunas patentes, de aliados
El otro problema del sistema es la supuesta violación de 283 patentes en el
kernel de Linux. Según un estudio de la OSRM, 98 de ellas son de firmas que
apoyan a Linux y que no iniciarían demandas ni cobros por uso de propiedad
intelectual. Entre estas se encuentran Novell, Red Hat, IBM (con 60 patentes),
Hewlett-Packard (con 20), Oracle, Intel, Cisco y Sony.
Tan pronto se reveló que Linux utiliza 60 patentes de IBM, su vicepresidente de
tecnología y mercadeo, Nick Donofrio, anunció durante LinuxWorld que IBM no
tiene la intención de hacer valer su portafolio de patentes para atacar a Linux,
e invitó a las demás empresas a seguir su ejemplo.
El riesgo para el mundo Linux podría estar por los lados de Microsoft, que es
dueña de 27 patentes de las mencionadas por la OSRM, y que es considerada como
el gran enemigo de Linux. La compañía, sin embargo, no ha hecho ningún
pronunciamiento oficial al respecto, ni ha manifestado planes de iniciar algún
proceso judicial.
Otro peligro, como lo señaló el presidente de OSRM, Daniel Egger, durante el
anuncio del estudio, proviene de personas o pequeñas compañías que tienen unas
pocas patentes en el listado de la OSRM, y que podrían iniciar demandas
millonarias sin asumir riesgos comerciales o de imagen, como sí los afrontó SCO,
empresa que ha sido mostrada como 'la mala del paseo' en la industria del
software.
|