Agencias - En opinión del alcalde de Nueva York, Michael
Bloomberg, la libertad de expresión y manifestación es un derecho reconocido en
la primera enmienda de la Constitución, pero este “privilegio” puede perderse si
“se abusa” de él. Falta sólo dos semanas para que se celebre la Convención
Republicana y varias organizaciones pro derechos civiles se han enfrentado a las
autoridades federales y municipales por las limitaciones que han puesto a la
convocatoria de protestas.
Las autoridades han desviado la principal manifestación convocada para esos días
a una autopista de circunvalación, alejada por tanto del área del Madison Square
Garden, donde se celebrará la convención a finales de mes.
La coalición que la convocaba, Unidos por la Paz y la Justicia, quería concluir
la manifestación en una de las grandes explanadas de Central Park, y no
apartados del recinto de la convención, ya que la convención republicana
acaparará un gran protagonismo mediático durante sus cuatros días de duración,
pues reunirá a unos cinco mil delegados, además de los principales líderes del
país y de George W. Bush, quien será proclamado oficialmente como candidato a la
presidencia.
Multitud de organizaciones han querido aprovechar esta circunstancia para dar a
conocer sus protestas contra la política gubernamental o para hacer valer sus
reivindicaciones. Las autoridades municipales y federales han decidido aplicar
mayores restricciones de lo normal a las solicitudes de concentraciones y
manifestaciones, entre otros motivos alentados por las estrictas medidas de
seguridad que imperarán en la ciudad durante esos días.
Pero las restricciones no sólo afectan a las protestas relacionadas con el
Partido Republicano, ya que se han puesto también limitaciones a los agentes de
policía que se concentraban ante los actos públicos del alcalde para reclamar
mejorar laborales.
Los problemas para celebrar protestas durante la Convención no han desanimado a
los activistas, que ya han comenzado a organizarse para recibir a miles de
personas procedentes de todo el país.
A través de foros de Internet y de las propias organizaciones, entidades
religiosas, sociales, e incluso particulares han comenzado a ofrecer alojamiento
gratuito a los activistas que se desplacen a Nueva York.
Entre los lugares que se ofrecen figuran apartamentos particulares, iglesias,
locales comerciales, e incluso edificios abandonados, que serán acondicionados
para que puedan ser ocupados durante esos días como improvisados albergues.
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