El anuncio de las muertes, publicado en una declaración en un sitio de Internet islámico, se produjo cuando el Gobierno de Francia intensifica sus esfuerzos para salvar a dos periodistas franceses que fueron tomados como rehenes en Irak por un grupo de radicales islámicos.

Los ciudadanos de Nepal fueron secuestrados a principios de mes cuando entraban en Irak para trabajar como cocineros y en el área de limpieza de una empresa jordana.

La muerte de hombres de una pequeña nación que no tiene nada que ver con la invasión o la ocupación de Irak es una señal de alerta para las compañías extranjeras que realizan negocios en el país.

"Hemos ejecutado la sentencia de Dios contra 12 nepalíes que vinieron de su país para luchar contra los musulmanes y para servir a los judíos y a los cristianos (...) creyendo en Buda como su Dios", dijo la declaración del comité militar del Ejército de Ansar al-Sunna.

La agrupación publicó en Internet una serie de fotografías y un vídeo que aparentemente muestran las muertes.

En la cinta de vídeo se vio a dos hombres enmascarados, uno con vestimenta de camuflaje, sosteniendo a un rehén. Uno de ellos usa un cuchillo para decapitar al rehén y luego levanta su cabeza.

El vídeo después mostró a un grupo de rehenes acostados boca abajo a quienes les dispara un hombre con un rifle automático. Después se pudo ver los cuerpos salpicados de sangre, con heridas de bala.

NUEVAS TÁCTICAS DE INTIMIDACIÓN


Ansar al-Suna, uno de los numerosos grupos de extremistas que surgieron después del derrocamiento de Sadam Husein, dijo que había secuestrado a los nepalíes porque estaban cooperando con las fuerzas de Estados Unidos.

Decenas de ciudadanos de más de una veintena de países fueron secuestrados desde abril, cuando los guerrilleros adoptaron nuevas tácticas para forzar a las tropas extranjeras a que se retiren de Irak.

La estrategia ha asustado a algunas compañías extranjeras, interrumpido el aprovisionamiento de las tropas de Estados Unidos y desalentado la inversión en una economía con gran necesidad de dinero en efectivo.

Además de los nepalíes, una veintena de rehenes han muerto, algunos de ellos por decapitación. Unos 20 rehenes aún permanecen cautivos, muchos de ellos camioneros de países pobres que buscan dinero conduciendo por las peligrosas carreteras de Irak.