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El científico Peter Anthony Schlesinger se
prepara para probar en pollos y gallinas un rayo congelador, como el que
usaba el Doctor Frío, uno de los temibles archienemigos de Batman |
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Dentro de unos pocos meses, Peter Anthony Schlesinger
espera disparar un rayo láser a un par de gallinas y otros animales que estarán
enjaulados. Si todo sale como está previsto, los pollos quedarán congelados, sus
patas y alas paralizadas, pero sus corazones y pulmones seguirán funcionando con
normalidad. Los animales recibirán una descarga eléctrica con un rayo láser.
Este es uno de los nuevos
El experimento lo observará un grupo de oficiales del Pentágono
que ha financiado el proyecto de Schlesinger a fin de utilizar este método en
futuros campos de batalla.
Este tipo de dispositivo, conocido como arma de energía, podría
desempeñar un papel preponderante en guerras futuras.
"Cuando puedes hacer estas cosas a la velocidad de la luz se
abre un abanico de posibilidades", dijo Delores Etter, ex subsecretaria de
defensa para ciencia y tecnología, y una de los promotores más importantes de
las armas dirigidas por la energía.
Esta clase de armas podría brindar numerosas ventajas en campos de batalla como
Irak y Afganistán, donde los soldados estadounidenses se han enfrentado a turbas
desarmadas hostiles, a veces tan peligrosas como las guerrillas.
Aparte de poder paralizar a los atacantes, los ingenieros que
trabajan en el proyecto dicen que las armas dirigidas por energía podrían servir
para desactivar los sistemas electrónicos de los misiles o bombas, así como
dañar el motor de un vehículo durante una persecución de alta velocidad.
El programa más ambicioso para desarrollar estas armas es el
láser aerotransportado de la Fuerza Aérea, que consiste en incorporar un
láser en una especie de Boeing 747 para desactivar misiles.
En el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea en
Nuevo México, los investigadores que trabajan con Raytheon Co. han
desarrollado un arma llamada Active Denial System, que repele a los
adversarios calentando las moléculas de agua en la piel con energía de
microondas. El dolor es tan intenso que la gente huye de inmediato.
"Se siente como si tu piel estuviera ardiendo", dijo Rich
García, un portavoz del laboratorio que durante una prueba sintió el calor que
genera el arma. "Cuando sales del radio de acción del rayo todo vuelve a la
normalidad. El dolor no perdura".
Se estima que a finales de año el Active Denial podría ser
instalado en los Humvees (vehículo de todo terreno) y estar listo para ser
desplegado en zonas de combate a finales del 2005.
No obstante, la idea de utilizar este tipo de armas contra seres
humanos está suscitando controversias, alimentadas por los abusos de soldados
estadounidenses a presos iraquíes.
Los antecedentes del ejército norteamericano en cuanto a los
derechos humanos se han visto seriamente afectados a causa de estos episodios.
Algunos expertos creen que el uso de estas armas de energía será
prohibido por el derecho internacional y los acuerdos internacionales.
"Aunque a priori es mejor paralizarlos que matarlos, el
problema es que hay una cantidad de tratados que limita la forma en la que
puedes deshacerte de tu enemigo", dijo Loren Thompson, del Instituto
Lexington, un grupo de expertos de defensa. "Creo que algunas veces estas
leyes se interponen en el uso de modos más humanitarios".
Los militares creen que el uso del Active Denial System no viola
ninguna ley internacional y que no afecta la salud.
"Puede estar bien seguro de que cuando se instale este
sistema seremos muy claros en indicar para qué lo utilizaremos y para qué no",
dijo el capitán de infantería de marina Daniel McSweeney, portavoz del
Directorio Conjunto de Armas No Letales.
"Su objetivo no es utilizarlo como un instrumento de tortura.
Eso va en contra de los parámetros y de la intención de su diseño".
Las investigaciones en torno a los efectos secundarios de estas
armas comenzaron a finales de los 90 en la base aérea de Brooks, en San Antonio.
Los investigadores estudiaron con detenimiento la energía de la frecuencia
radial en comunicaciones militares y otras tecnologías, aseguran mandos
oficiales.
Las pruebas del Active Denial Systema en seres humanos se
iniciaron cuando los ingenieros concluyeron que no causaban daño permanente. Más
de 200 voluntarios, incluyendo a personas mayores de 70, de diversas ramas del
ejército se ofrecieron para ser conejillos de indias. En promedio recibieron
disparos del láser tres veces al día.
Los resultados finales no mostraron efectos dañinos en la salud,
dicen los militares.
"Este tipo de aparato no penetra muy profundamente", dijo
el coronel William Roach, jefe de la división de frecuencias radiales del
Laboratorio de Investigación de las Fuerzas Armadas.
No obstante, el hecho de que estos estudios no hayan sido divulgados al público
preocupa a algunas personas que no pertenecen al gobierno.
Dominique Loye, del Comité Internacional de la Cruz
Roja, ha pedido que se divulgue mayor información de los estudios e
inclusive instó a que se inicie una investigación independiente sobre los
posibles efectos secundarios.
Esas armas podrían "causar daños que desconocemos hoy en día
y que no somos capaces de tratar", dijo Loye. "El mensaje que estamos tratando
de divulgar es: 'Entendemos que algunas compañías están invirtiendo dinero, así
que les convendría iniciar una investigación cuanto antes para no invertir
millones y millones y darse cuenta diez años después que el arma resultará
ilegal'".
Los fabricantes de las armas señalan que la precisión de éstas
podría reducir los daños colaterales que dejan las explosiones de misiles.
Agregan que pueden salvar muchas vidas en situaciones donde hay que rescatar
rehenes.
Por ahora el láser, así como otras armas similares, se
encuentran en la etapa de diseño de los prototipos. Los modelos finales, de ser
aprobados por el ejército, no estarían listos hasta dentro de algunos años. |