Desde que el mexicano Miguel de Icaza inició con su proyecto en el desarrollo de
sistemas basados en Linux, su propósito fue crear tecnología tanto para quienes
pueden pagarla como para los que no. Sin embargo, no siempre esta filosofia es
entendida por gobiernos y administraciones que valoran más los grandes acuerdos
con las multinacionales del software que los avances que podrían suponer para la
comunidad la adopción de software basado en código libre |
Algo incomprensible, explica el desarrollador y
fundador de Ximian, pero que sucede y muy a menudo. Uno
de los casos que más le ha afectado fue el muro con el que se topo en su país
México, cuando la Administración aposto por el desarrollo del plan e-México. El
software propietario fue la opción vencedora, explica, aunque otras ni se
contemplaron
"En el proyecto de e-México, Linux no falló, no nos dieron siquiera la
oportunidad de probarnos. Cuando hablé con Julio César Margain -ex coordinador
del programa gubernamental- me preguntaron cuánto podíamos aportar a este
proyecto; Microsoft ya había hecho un aporte de alrededor de 45 millones de
dólares, mitad en licencias y en capacitación", explicó Icaza.
Una donación económica pero que señala tenia trampa, ya que si bien Microsoft
había aportado un buen número de licencias, se tenia que pagar otra cantidad,
aún mayor, para comprar más licencias.
Icaza, explica, que en conjunto la adopción por parte de e-Mexico de Linux
hubiese representado una inversión menor y con ahorros más importantes que la
donación realizada por Microsoft. Además -continuó Icaza-, la implementación de
Linux se queda en la comunidad de desarrolladores locales y no es dinero que va
al extranjero.
|