Por su parte, la revista The New Yorker, acusa al presidente
Bush de “complacer sin cesar a las mínimas exhortaciones” de su base
conservadora.
Ambas publicaciones expresaron reservas en su apoyo a Kerry. El Financial
Times sugiere que el demócrata todavía tiene mucho que demostrar en asuntos
nacionales, en tanto que el New Yorker, dice que es desalentadora la “vacilación
pública de Kerry por una firme explicación de su posición en cuanto a Iraq
En Canadá, el apoyo a Kerry es mayoritario
La mayoría de los principales diarios canadienses han dado su apoyo editorial a
John Kerry y proporcionado una cobertura de la campaña electoral que no deja
lugar a dudas hacia donde van las simpatías.
Un artículo de Haroon Siddiqui, en el Toronto Star, resume bien el rechazo a esa
visión mesiánica, a la "relación que Bush dice mantener con Dios", al
proponer que el presidente Bush no debería bregar la presidencia sino el puesto
de "pastor nacional".
El apoyo a Kerry no implica la percepción de expectativas de que serán
solucionados los perennes litigios comerciales bilaterales, sino simplemente de
la esperanza de que Washington abandonará el unilateralismo en su política
exterior.
Si tuviera la oportunidad de votar en Estados Unidos, una abrumadora mayoría de
canadienses lo haría por el demócrata John Kerry, no porque les cause
entusiasmo, sino porque rechazan la política exterior unilateral del presidente
George W. Bush.
Un 56 por ciento de los canadienses votaría por Kerry, 19 por ciento por Bush y
25 por ciento estaba indeciso a principios del mes, según un sondeo de las
firmas de opinión Leger Marketing y Gallup.
Pero como los canadienses no votan en Estados Unidos, los gobernantes en Ottawa
se preparan para ambas eventualidades, una reelección del presidente republicano
o una victoria de los demócratas sin cambios en el Congreso dominado por los
republicanos.
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