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Cuando se camina por internet, todos los caminos parecen conducir a Google.
Desde su modesto nacimiento en un garaje del californiano Silicon Valley de la
mano de los estudiantes de la Universidad de Stanford Sergey Brin y Larry Page,
el buscador ha vivido un meteórico ascenso que se consolidó este año con su
exitosa cotización bursátil.
Google causó tal sorpresa esta primavera con el lanzamiento de su servicio de
correo electrónico Gmail que muchos medios se preguntaron si se trataba una
broma del 1 de abril, una especie de Día de los Inocentes en EEUU.
No es de extrañar.
Este servicio de 1GB de capacidad dejó en semejante ridículo a los de sus
competidores, Hotmail (de Microsoft) y Yahoo, minúsculos en comparación, que
ambas compañías no tuvieron más remedio que mejorar sustancialmente los suyos
para mantener una base de usuarios que amenazaba con emigrar.
A estas alturas nadie se toma a broma las ambiciones de la compañía, que tras
Gmail lanzó otros servicios que dejaron anonadada a la industria, tanto a los
competidores como a los usuarios.
De entre ellos sobresale "Google Desktop Bar", para hacer búsquedas mediante
el navegador de internet en el disco duro del ordenador.
Se trata, sin duda, de algo cada vez más necesario, dado que la mayoría de
los usuarios almacenan ingentes cantidades de información en sus PCs y, en
muchas ocasiones, buscar el fichero en cuestión es tan difícil como encontrar
una aguja en un pajar.
Google se adelantó con esta herramienta a su rival en la carrera para
integrar la navegación por internet con las búsquedas en el ordenador, un
objetivo declarado de Microsoft, según ha repetido en numerosas ocasiones su
presidente Bill Gates.
Más recientemente, la empresa se metió a la comunidad académica en el
bolsillo con "Google Scholar", una aplicación que permite buscar desde tesis
doctorales hasta informes técnicos.
A ello se suma un servicio para leer dentro de los libros u otro de búsquedas
locales. Por no hablar de Orkut, que permite a los usuarios contactar con amigos
de sus amigos y que colocó a Google en el campo de las redes sociales.
El éxito de la compañía es tal que, en opinión de algunos analistas, podría
constituir una amenaza para Microsoft.
Las dos compañías se enfrentan en las búsquedas en la red y en el e-mail
gratuito, y ya hay quien anticipa que la siguiente gran sorpresa podría llegar
en forma de un nuevo navegador que competiría con el Internet Explorer.
Microsot ha restado fuerza a los movimientos de Google y ha señalado que la
corporación ya está acostumbrada a hacer frente a un sinfín de competidores.
Pero no cabe duda de que Google está al quite.
Justo antes de que Microsoft lanzase la nueva versión de su buscador MSN, la
empresa dobló el número de páginas indexadas en su servicio, que ahora es de más
de 8.000 millones.
Y en noviembre abrió una oficina cerca del campus de Microsoft, en el estado
de Washington, con lo que la prensa especializada especula sobre si Google ahora
pretende "robarle" los empleados a Microsoft.
Pero la empresa también se ha ganado las críticas de quienes piensan que sus
tentáculos llegan demasiado lejos.
Una coalición de asociaciones de defensa de la privacidad comparó a Google
con el orwelliano "Gran Hermano", y criticó el diseño de Gmail, ya que escanea
el texto de los mensajes en los correos para insertar anuncios relacionados con
su contenido.
Mientras tanto, la frase "In Google we Trust", una peculiar derivación de "en
Dios creemos" ("In God we Trust", en inglés) ya se ha utilizado docenas de veces
en otros tantos titulares de periódicos, tal y como se puede comprobar
realizando una rápida búsqueda en, cómo no, el propio Google.
Y es que Google, que ya era un verbo (googling), un diccionario, una guía
telefónica o un libro de cocina, se ha convertido este año en poco menos que un
estilo de vida. |