El 27% de los accidentes de tráfico es consecuencia de distracciones, que pueden
venir motivadas, entre otras cosas, por hablar a través del móvil mientras se
conduce. Para evitar la tentación de responder a la llamada, mejor llevarlo
apagado, aunque se disponga de manos libres. Éste es básicamente el lema de la
nueva campaña de la Dirección General de Tráfico (DGT) contra el uso del móvil
durante la conducción.
Las multas serán de 91 euros y con la entrada en vigor del futuro carné de
conducir se penalizará al conductor con dos puntos menos de los 12 disponibles.
Ahora bien, existen agravantes. Si el vehículo circula haciendo "zig-zag" o de
forma negligente, los agentes podrían imponer hasta 450 euros de castigo.
Los estudios avalan todas las medidas. Según los expertos, la mitad de las
señales de prioridad (cruces, ceda el paso, semáforos) pasan inadvertidas
mientras se va charlando por el inalámbrico, hasta el punto de que una de cada
cuatro no se respetan cuando se está enfrascado en una conversación. En suma, el
riesgo de sufrir un accidente se multiplica por cuatro en presencia del móvil. "El
peor momento es el de la llamada, porque es inesperada. Se pierde toda la
atención", afirma Antonio Marfil, jefe provincial de Tráfico de Granada.
Manos libres
La campaña no hace oídos sordos ante los equipos de manos libres, que están
permitidos. Sin embargo, Tráfico desaconseja su uso porque restan atención,
sobre todo los que incorporan auriculares, donde además se pierde un sentido.
Aunque son menos peligrosos que los móviles convencionales, sólo el 14% de los
conductores que hablan por teléfono mientras conducen utiliza el manos libres.
El resto, aparta una mano del volante. Y este dispositivo también hay que saber
utilizarlo. "Si lo cogemos con la mano estamos haciendo un mal uso y poniendo en
peligro nuestra vida". Marfil aconseja llevar el móvil en el vehículo, pero
desconectado. "Es bueno tenerlo por si sufrimos algún tipo de imprevisto",
aclara.
El jefe provincial pone el acento en todos los elementos que invitan a la
distracción, como la radio o el ordenador de a bordo, que "sólo debería
utilizarse con el motor apagado", asevera. El Gobierno quiere llegar aún más
lejos. El ministro del Interior, José Antonio Alonso, anunció ayer que
estudiará, junto con la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, la
posibilidad de desarrollar actuaciones para evitar que se fume en los vehículos
particulares y reducir así los accidentes de tráfico causados por las
distracciones. |