Agencias - El inicio de las negociaciones para la fusión de Telefónica y su
filial Terra representa un paso hacia el final de la aventura empresarial de la
operadora de Internet, que durante los últimos cinco años ha estado marcada por
numerosos avatares que han mantenido en vilo al mercado.
Durante este lustro, Terra se ha convertido en el máximo exponente del fenómeno
de las "puntocom" y la burbuja tecnológica, cuyo colapso bursátil desencadenó
una grave crisis sin precedentes en el sector de las tecnologías y las
telecomunicaciones.
Terra nació en 1999 a partir de la compra y posterior fusión de varios negocios
de Internet, como Olé (España), ZAZ (Brasil), Infovía (Guatemala) e Infosel
(Chile), para constituir una empresa líder en el mercado español y
latinoamericano, y en el mes de septiembre adoptó su actual nombre.
Poco después, en noviembre de ese mismo año, Telefónica colocó en el mercado a
través de una Oferta Pública de Venta (OPV) el 24 por ciento de su filial, en lo
que suponía la primera salida a bolsa de una operadora de Internet, y el inicio
de una época de entusiasmo bursátil al que se sumaron miles de ahorradores de
toda España.
Los títulos de Terra se estrenaron en bolsa con una espectacular subida del
213,3 por ciento en un sólo día que permitió a la operadora de Internet
colocarse entre las diez empresas españolas de mayor capitalización bursátil, lo
que le valió su entrada en el selectivo Ibex-35 en enero de 2000.
El brillante estreno bursátil de Terra Networks fue el primer paso de una
fulgurante carrera alcista que catapultó la cotización de la filial de
Telefónica hasta un máximo de 157 euros, registrado el 14 de febrero de 2000.
En plena fiebre de las "puntocom", Terra apostó por convertirse en un referente
mundial con la impactante adquisición en mayo de 2000 de su homóloga
estadounidense Lycos por 12.500 millones de dólares (13.900 millones de euros al
tipo de cambio de entonces).
Por aquel entonces la burbuja tecnológica mostró los primeros síntomas de
agotamiento, especialmente en el índice tecnológico estadounidense Nasdaq, y las
cotizaciones de las "puntocom" comenzaron a desinflarse como globos.
En el caso particular de Terra, el precio de sus acciones cayó desde sus máximos
históricos a un nivel inferior al de su colocación en bolsa en tan sólo diez
meses, lo que supuso la desaparición de los ahorros de miles de inversores.
La existencia de una burbuja tecnológica sobrealimentada quedó patente en la
venta de Lycos por 540 millones de dólares (440 millones de euros) el pasado mes
de octubre, un precio muy inferior al pagado por Terra cuatro años antes.
La crisis del sector tecnológico provocó un giro estratégico entre las
operadoras de telecomunicaciones de todo el mundo, al que ahora se ha sumado
Telefónica con su intención de fusionarse con su filial de Internet, algo que ya
han hecho otras competidoras europeas, como Deutsche Telekom y France Télécom.
El objetivo de estas integraciones es el aprovechamiento de la sinergia
existente entre el negocio del acceso, controlado por las matrices, y el de los
contenidos, desarrollado principalmente por las filiales de Internet.
Esta propuesta de fusión se produce después de que Telefónica se hiciera en mayo
de 2003 con el 71,9 por ciento en una Oferta Pública de Adquisición (OPA) que
fue fuertemente criticada por los decepcionados accionistas del portal de
Internet, puesto que la matriz ofertó 5,25 euros por título, frente a los 11,81
euros a los que vendió en noviembre de 1999
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