Se supo además que
en Australia una pareja quiso vender el nombre y los derechos publicitarios de
su hija aún no nacida. El mejor postor le pondría el nombre de su marca y la
usaría para promociones. |
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Foto:
WWW.NZHERALD.CO.NZ |
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Julz dijo: “Gerrard me preguntó si no me cansaba de responder siempre lo mismo.
Pero yo creo que así sucede cuando una está embarazada”.
Julz tenía cerca de siete meses de embarazo cuando puso en un sitio de subasta
en la red una foto suya sujetando un cartel que tenía escrito “Logo”, aludiendo
a un aviso publicitario. Y le dijo a los postores: “Su marca o aviso será
colocado en una camiseta que usted proveerá y que yo usaré las 24 horas de los
siete días de la semana en mi barriga, hasta que el bebé nazca el 18 de marzo”.
Las ofertas llovieron. Apareció un motel que quiso quedarse con la barriga
publicitaria. Su eslogan era este: “Quedé así en el motel de OL Alfie”.
Pero no ganó. Quien se llevó la panza publicitaria fue Lawrence Rauketi, dueño
de una empresa de correo y reparto internacional. El sábado pasado se la
adjudicó . “Es una ganga para una publicidad diaria
hasta mediados de marzo”, dijo el feliz postor.
El aviso que Julz lucirá en la polera reza: “The mailman always delivers” (El
cartero siempre entrega, en castellano).
En el sitio de subastas también se podían hacer comentarios. Julz relató que
recibió muchas felicitaciones, aunque a otras mujeres no les pareció nada de
correcto su embarazoso negocio.
Según el “NZH”, Julz no se arredró ante las críticas y decidió aplicar su
novedosa capacidad empresarial para forjar un negocio: el de las mujeres
embarazadas que lucen avisos publicitarios.
El diario británico “The Independent” aportó a esta historia el caso de otro
negocio, aunque este era derechamente perverso. En Perth, Australia, una pareja
puso a la venta en el sitio de subastas eBay los derechos sobre “el nombre y la
publicidad” de su hija que aún no ha nacido. Es decir, el mejor postor podría
poner el nombre comercial que quiera a su hija. Y podrá usarla para promociones
y márketing desde que vea la luz de este mundo infame hasta que cumpla los
cinco años. Gracias a que el planeta todavía no está completamente podrido, la
subasta fracasó a comienzos de febrero.