Grandes artistas, amantes de pena A lo largo de las páginas
del libro Jenna Jameson desvela distintos encuentros con
celebridades de Hollywood. Uno de ellos es el que mantuvo con Wesley
Snipes, quien se presentó con una propuesta irreproducible.
"Siendo una estrella porno, estaba acostumbrada a tal clase de frases.
Pero Wesley no tenía idea de que yo trabajaba en el porno. Así que eso me
ofendió: lo miré con dureza, di media vuelta y me fui. Fue la primera y
la última vez que lo vi".
Con el actor Bruce Willis se toparon en una fiesta: "Él no
dijo nada. Me empujó contra una pared y me besó con frenesí. Estuvo 30
segundos penetrándome con la lengua hasta que se fue sin decir palabra.
Cuando abandoné la fiesta un guardaespaldas me dijo: ´El señor Willis la
espera en su limusina´. Le contesté: ‘Tendrá que esperar mucho rato’. Él
traspasó la línea que separa la autoestima de la arrogancia".
También habla de su su coqueteo con Cindy Crawford en un
programa de televisión: "Sentí una singular atracción hacia ella...
cuando me di vuelta, ella acarició mi cuello y me dijo: ‘Oh, pero qué
bonito tatuaje’. Me tocó tan dulcemente, que fue demasiado para mí.
Pensaba en cuánto me gustaría acariciar su lunar con mi boca. Sólo atiné
a disculparme y huir hacia el bar".
Del también actor Nicolas Cage cuenta que "... Su aliento
olía como el sudor concentrado de los sin casa".
La actriz también detalla orgías en las que participó junto al
cantante Marilyn Manson.
Jenna Jameson concluye sus memorias declarando que actualmente tan sólo
quiere ser una buena madre de familia, tener un esposo y criar a sus
hijos |