Durante
los inicios de la década de los cuarenta, 75 jóvenes mujeres
matemáticas fueron contratadas por la Escuela de Ingeniería de la
Universidad de Pennsylvania como “computadoras”. Estas
“computadoras” fueron responsables de realizar cálculos sobre
trayectorias balísticas, como parte del esfuerzo de guerra. Cada
cálculo representaba para una persona cerca de 40 horas sentada, con
papel, calculadora y, por supuesto, cerebro. La necesidad de
ejecutar cómputos en forma más precisa y rápida impulsó el
desarrollo de la computadora ENIAC -Electronic Numerical Integrator
and Computer- alrededor de 1945. Entre estas mujeres destacan Kay
McNulty, graduada en matemática del Chesnut Hill College, junto
con Alice Burks, quien fue coautora de numerosos artículos
sobre la ENIAC junto con su esposo Arthur Burks, del equipo de
desarrollo de ENIAC.
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