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Lo que para muchos era una intuición ahora es un hecho comprobado: en un choque
lateral entre un automóvil pequeño y un todoterreno, los ocupantes del primero
tienen serios motivos para preocuparse por su seguridad, según el Instituto
Asegurador para Seguridad en la Carretera.
De los 16 coches probados, 14 recibieron una clasificación de "pobre"
protección en caso de un choque lateral, y ninguno obtuvo una calificación de
"buena" protección.
Sólo el Chevrolet Cobalt y el Toyota Corolla, que siempre disponen de
bolsas de aire laterales para la protección de las cabezas de los ocupantes,
superaron las pruebas y recibieron la calificación de "aceptables".
Por el contrario, los Dodge Neon, Ford Focus, Hyundai Elantra, Kia
Spectra, Mazda 3, Mitsubishi Lancer, Nissan Sentra, Saturn Ion (que también
cuenta con bolsas de aire laterales pero opcionales), Suzuki Forenza, Suzuki
Aerio y Volkswagen Beetle se tuvieron que conformar con una clasificación
de "pobre".
Una de las conclusiones interesantes el estudio fue que cuatro de los
vehículos probados: el Elantra, New Beetle, Forenza y el Spectra tienen bolsas
de aire diseñadas específicamente para proteger la cabeza, sin embargo, la
frágil estructura de los automóviles no impiden serias lesiones en torso y
pelvis.
El Instituto, formado por compañías aseguradoras de EEUU, anunció que en los
próximos meses se llevarán a cabo las mismas pruebas en otros tres pequeños
vehículos: Mini Cooper, Subaru Impreza y Honda Civic, modelos que contarán con
nuevo diseño para mejorar su seguridad.
Adrian Lund, jefe de operaciones del Instituto, afirmó en un comunicado que
"estos resultados de impactos laterales son similares a los de 1997, cuando
el Instituto por primera vez clasificó pequeños vehículos en pruebas de
impactos frontales".
Lund añadió que "entonces, ningún vehículo pequeño obtuvo una buena
clasificación. Ahora, casi cada modelo de auto pequeño cuenta con una
clasificación buena en choques frontales. A medida que los fabricantes
rediseñan sus vehículos, esperamos que los de menor tamaño mejoren en las
pruebas de choques laterales".
Las pruebas fueron realizadas con una barrera deformable de 1.500 kilos a 50
kilómetros por hora, con una forma similar a la de un todoterreno o camioneta
"pick-up".
En el interior del vehículo examinado, el Instituto situó dos maniquíes del
tamaño de una mujer pequeña, uno colocado en el asiento del conductor y el otro
en el trasero, en el lado izquierdo.
El vehículo peor evaluado fue el Dodge Neon que, según Lund,
"tiene grandes problemas empezando con su estructura. Este coche es un
desastre. La estructura es pobre y las cabezas de los dos maniquíes fueron
golpeadas por la barrera".
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