El Comercio/GDA - La llaman la ciudad electrónica. No sólo
por el neón que abarrota y satura sus callejuelas y avenidas, sino porque en sus
entrañas se puede encontrar todo aquello que se mueve o funciona con
electricidad.
Desde una simple pila hasta un microchip; desde un videojuego hasta el software
más avanzado; desde una televisión portátil hasta un navegador satelital; y
desde una simple aspiradora hasta computadoras Pentium 4 M con grabadora de DVD
y conexión inalámbrica a Internet.
Aunque lo irónico es que mucho de lo que allí se vende, así tenga nombre japonés
y sea de última generación, es ensamblado en China, Vietnam, Malasia y paramos
de contar, porque la lista es larga.
Se llama Akihabara, una zona residencial que en la era Edo (1603-1837) estaba
habitada por guerreros samurais.
Hoy está llena de altos edificios, cada uno perteneciente a una firma diferente,
donde se expone una línea de productos por cada piso: cámaras digitales y
filmadoras (dos de los productos estrella) en el primero; televisores con
pantalla de plasma de 52 pulgadas (muy solicitados, especialmente por la
proximidad de los Juegos Olímpicos) en el segundo; sonido en el tercero; equipos
para autos en el cuarto; electrodomésticos en el quinto y así por el estilo.
Todo ello coronado por el infaltable Dutty Free, donde la presentación del
pasaporte le ahorra al comprador el cobro del 5% del impuesto a las ventas.
Allí se encuentran las más reputadas marcas, así como las más desconocidas,
comercios establecidos y huecos donde el descuento es el reclamo principal para
el cliente.
Akihabara no es una zona turística, pero es un punto al que todos los turistas
acuden casi de forma obligatoria.
Compran, eso sí, con las instrucciones de uso en inglés, sin saber que por regla
general y a diferencia de otros países, Japón fabrica lo mejor para su mercado
interno, donde solo se usan productos "Made in Japan" y no "Made in cualquier
otro país del sureste asiático".
Ubicada en la línea de metro Yamanote, la más usada y famosa del país; a un
promedio de 20 minutos del centro de Tokio; más abajo del zoológico de Ueno,
donde viven tres pandas; y cerca de la prefectura de Chiba, donde está el
principal aeropuerto internacional del país, la fama de Akihabara supera la de
centros históricos como Kyoto o Nara.
El nombre de la ciudad Akihabara se deriva de la palabra Akibahara que significa
"el campo de Akiba" que no es otro que Akiba Daigongen, dios sintoísta que
previene los incendios.
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