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Agencias - La operación Chuleta, que continúa abierta, se ha
desarrollado en 19 provincias, entre las que no se encuentra Navarra.
La investigación se inició el pasado mes de mayo, cuando la Guardia Civil
detectó en Ceuta una serie de irregularidades en los exámenes teóricos para la
obtención de los permisos de conducir. Posteriormente, se averiguó que los
alumnos obtenían las respuestas de los exámenes mediante el empleo del teléfono
móvil.
Los dueños y empleados de autoescuelas facilitaban las respuestas tras el
pago de importantes cantidades de dinero, que oscilaban entre 1.200 y 3.000
euros, dependiendo de la importancia del permiso o licencia a obtener.
En una primera valoración los investigadores calculan que la organización
podría haber facilitado la obtención de unos 12.000 permisos de conducir de
forma fraudulenta, con lo que podrían haber obtenido unas ganancias superiores a
los 24 millones de euros.
La mayoría de los involucrados son dueños de autoescuelas y formaban una red
dedicada a facilitar las respuestas y los ejercicios para la obtención de los
permisos de conducir en todas sus categorías, incluyendo los que habilitan la
conducción de vehículos dedicados al transporte de materias peligrosas.
¿Cómo "pasaban" las respuestas del examen?
Una de los medios utilizados era el teléfono móvil. La persona que se presentaba
al examen contactaba desde el aula con la organización identificando el test con
los números de referencia del examen.
Los futuros conductores recibían las respuestas mediante toques al teléfono
móvil
Después, con el teléfono móvil oculto, le comunicaba mediante toques al contacto
cual era su número de examen. Por ejemplo, si su examen era el 121 enviaba un
tono, seguido de una pausa, después dos tonos, otra pausa y otro tono.
A continuación recibía las respuestas mediante llamadas que en modo de vibración
le indicaban la respuesta (un toque si era la A, dos si era la B y tres si era
la C).
La mayoría de las personas que obtuvieron el carné de esta forma eran de bajo
nivel cultural y algunos no sabían ni leer ni escribir. |