Las pizarras digitales, o sea, la imagen de un ordenador conectado a
Internet proyectada sobre una pantalla a través de un videoproyector, serán una
realidad en los colegios españoles dentro de tres años, según aseguró ayer el
doctor en Ciencias de la Educación del Departamento de Pedagogía Aplicada de la
Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Pere Marqués Graells.
La idea de la pizarra digital surge después de 20 años de debates para decidir
cómo debe aplicarse la informática en el aprendizaje escolar. "La idea es
que todos los alumnos puedan acceder a lo que llega por el ordenador, o sea el
mundo. Esto va a permitir también que la informática deje de estar recluida en
las clases de esta materia", insistió Marqués durante su participación en
el Congreso de Innovación Tecnológica en Educación que se abrió ayer en la
Feria de Muestras de Valladolid.
Marqués aseguró que ese futuro "ya es una realidad" en muchos países y
será una "revolución educativa". "Dará mucho más protagonismo a los
estudiantes, que podrán traer sus páginas web, sus trabajos y compartirlos con
sus compañeros". Incluso modificará las relaciones profesor-alumno en el
sentido de que el docente será más "un mediador o impulsor para que los
estudiantes se organicen y trabajen en equipo".
La nueva era será posible en España gracias al proyecto "e-Learning" que
financia la Unión Europea (UE), que supondrá "en los próximos tres años el
reparto de esta tecnología, así como la formación y la orientación, a todos los
centros".
Este futuro choca en España con graves carencias. A la falta de formación
docente se añade el escaso impulso de Internet en el hogar, complemento básico,
según Marqués, para el éxito de esta nueva forma de aprender. Sólo el 40% de
los hogares dispone de ordenador y un 30% de las familias están conectadas a la
Red.
Respecto al riesgo de analfabetismo digital de colectivos con menos acceso a
estas nuevas fuentes, el profesor de la UAB reclamó medidas. "Hay que empezar
por garantizar estas opciones en los entornos rurales, y luego el resto",
aunque recomendó "sentido para poner la tecnología a medida que el centro lo
pida, para no 'hinchar' centros y que luego no sepan qué hacer los profesores |