El correo basura, también conocido como ‘spam’, cuesta a las empresas unos 2.000
euros por trabajador y año. Quienes trabajan delante de un ordenador conectado a
Internet, lo primero que hacen al llegar al trabajo es dedicar varios minutos a
revisar el correo, discriminar entre los correos útiles y los abundantes correos
basura, y borrar los que no desean para que la bandeja de entrada no se colapse,
informaba ayer el diario Metro |

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Diario Metro - Esta sencilla operación de higiene electrónica ocupa 20
minutos de cada jornada de trabajo, según el informe de la Agencia de
Protección de Datos (AEPD), un tiempo que al cabo de un año cuesta a las
empresas, en horas de trabajo remuneradas pero no aprovechadas, unos 2.000
euros por cada empleado.
La noticia puede parecer una anécdota, pero el director de la AEPD, José Luis
Serrano, subraya que se trata de unas pérdidas de miles de millones de euros
cada año, es decir, una notable reducción de la productividad media del
trabajador, una de las cuestiones que más preocupan a los responsables del
ministerio de Economía, para que España pueda competir en los mercados
internacionales. El spam es el 80% del correo que recibimos y consume los
recursos de los PC y de los servidores.
Llegar al trabajo y ponernos delante del ordenador a borrar correos
electrónicos basura es todo una. Pero no es ninguna broma. Según la Agencia de
Protección de Datos (AEPD), cada trabajador necesita entre 15 y 20 minutos
diarios para eliminarlos.
Según su director, José Luis Piñar, la lucha contra el spam significa “miles de
millones de euros perdidos en productividad”. Los datos de la OCDE cifran en
2.000 euros anuales lo que cuesta esta pérdida de tiempo al año por empleado.
Son el 80% de los correos Y el problema se agrava. Como explicó Piñar
durante su comparecencia en el Senado, han pasado de ser el 7% del total de los
correos que recibimos a representar más de 80% en la actualidad.
Pero no sólo las empresas deben preocuparse por esta recepción masiva de spam.
Desde la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), su presidente manifestó a
Metro Directo que son cifras “elevadísimas que perjudican la confianza que
tienen los internautas en la Red”. Como ejemplo, puso el caso del correo
ordinario. “Si cada día recibiéramos ocho de cada 10 cartas sin saber quién ni
porqué las manda, posiblemente dejaríamos de abrirlo”. Además, tanto los discos
duros de los ordenadores de casa como los de las empresas tienen que trabajar
un 80% más por culpa del spam, mientras no supone apenas coste para quien los
envía.
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