Los fraudes que se están produciendo, según la asociación, son de tres tipos: o bien el usuario no recibe en su domicilio el producto adquirido (en ocasiones, algunos de elevada cuantía como el caso de ordenadores portátiles, supuestamente a precio de saldo), o el producto no responde a las expectativas creadas o simplemente es defectuoso.

Las garantías para el consumidor, denuncian desde CEACCU en un comunicado, son nulas en estos casos y los cauces para reclamar, complejos. Una dificultad añadida para dirimir las responsabilidades es la dispersión de los actores que intervienen en la compra, ya que en estas transacciones hay un complejo entramado societario, cuya matriz está situada generalmente fuera de la Unión Europea --la mayor parte de las veces en Estados Unidos, señalan--, formado por un vendedor particular no español y un consumidor de nuestro país.

Ante esta situación, desde la asociación piden que se evite realizar compras en estos centros de subastas, si no son capaces de garantizar los derechos a los usuarios, especialmente la identificación y la dirección del vendedor. En cualquier caso, aconsejan que no realicen nunca pagos por adelantado sin las suficientes garantías.

Según la asociación, las casas de subastas generan una imagen de confianza en el consumidor invitándole, con señuelos, a realizar la compra a través de su web, por la que cobrará una comisión en función del precio de la venta. Sin embargo, estas empresas on line no ha establecido las mínimas cautelas exigibles por comprobar la identidad del vendedor y la veracidad de la oferta, denuncian.

Por último, CEACCU también denuncia que en caso de que el usuario sufra cualquier contingencia en la transacción, la web de subastas on line cobre una cantidad de 30 euros por gestionar su reclamación.