Agencias - Al igual que con el documental de Michael Moore, uno no puede
menos que sentirse indignado al ver Enron: The Smartest Guys In The Room, una
crónica de cómo un puñado de poderosos ocultó ante el mundo y ante sus propios
empleados la debacle por la que estaba pasando su empresa, mientras retiraban
millones de dólares y estimulaban a los de abajo a invertir en acciones que no
valían nada.
Enron: The Smartest Guys In The Room fue dirigido por Alex Gibney, ganador de un
Emmy y un Grammy, quien ha dirigido, escrito y producido varios otros
documentales anteriormente. El guión es de Bethany McLean y Peter Elkind,
reporteros de la revista Fortune y coautores del libro Enron: The Smartest Guys
In The Room: The Amazing Rise and Scandalous Fall of Enron. Sí, porque fue
asombroso como esa empresa ascendió y su caída fue realmente escandalosa.
El título del documental reafirma el significado de la expresión "viveza
criolla", aunque en este caso se trate de "respetables" gerentes, presidentes
del directorio, contadores y muy bien pagados asesores. El célebre actor Peter
Coyote es el narrador de esta escabrosa historia que denuncia a personajes como
Kenneth Lay, Andrew Falstow, Jeffrey Skilling y Lou Pai: criminales de cuello
blanco.
En menos de un año, Enron, el orgullo del empresariado estadounidense, pasó de
ser la séptima compañía más grande del país a la bancarrota. Veinte mil
empleados fueron despedidos sin indemnización y algunos se suicidaron, mientras
los grandes jefes tenían las arcas vacías pero los bolsillos llenos y la
liberalización del mercado de la electricidad llevó al estado de California a la
oscuridad.
Varios fueron a dar a la cárcel -de oro seguramente y con sentencias cortas- y
otros esperan jucio, aunque uno de ellos, el chino de nacimiento Lou Pai,
desapareció con $ 250 millones de dólares en su haber.
En cualquier caso, el enfoque del director es más en el drama humano, que raya
con la tragedia griega, con su ingrediente de humor negro. Para una catástrofe
de esta naturaleza, que ocurrió en el 2001, el mismo año que el atentado del
9/11, resulta desconcertante ver y escuchar al presidente George W. Bush
referirse -previamente al escándalo- a los empresarios de Enron como "unos
grandes tipos". Pensar que Ken Lay estuvo a punto de ser nombrado secretario de
energía del gabinete de Bush...
"Algo se pudre en Dinamarca" decía el Hamlet de Shakespeare. Después de ver
Enron: The Smartest Guys In The Room, llegamos a la conclusión de que mucho se
pudre en Estados Unidos: en su cultura, en la crueldad de su sistema económico y
en el modo en que nos dejamos engañar por los de arriba. |