Los diccionarios online son una herramienta muy práctica a la hora de hacer
trabajos, traducir un artículo o determinar qué es lo que realmente dice esa
canción que tanto atrapa. Pero la utilidad de estas verdaderas enciclopedias
virtuales va mucho más allá. Novedosas iniciativas de este tipo buscan impedir
la extinción de ciertas lenguas, en especial aquellas que pasan de padres a
hijos por vía oral.
Un informe publicado recientemente por Terra, asegura que durante este siglo
desaparecerá la mitad de los aproximadamente 7.000 idiomas que existen en la
actualidad. Pero, a través de la red hay personas e instituciones que han
iniciado una cruzada para intentar doblarle la mano a este fatídico destino.
Entre esas instituciones se encuentra la compañía
Logos, una de las diez firmas
más importantes en lo que a información pluricultural se refiere. Entre las
creaciones de esta empresa se encuentra el diccionario más grande del mundo, que
ofrece el significado de millones de palabras y su traducción en más de 200
idiomas, incluyendo lenguas originarias como el aimara, mapudungún y rapa nui y
el mapuche. “Yo lo usé una vez para un trabajo que me pidieron en el colegio
sobre la antigüedad griega y realmente es muy efectivo. Hay de todo y para
todos. Como en una botica de turco”, confesó María de los Angeles Alberto,
de 25 años, estudiante de la Licenciatura en Letras de la UNT.
El tomo más pesado
Internet hizo posible la existencia del diccionario desarrollado por Logos.
Las potencialidades que ofrece la red están detrás de su gran extensión y de las
ventajas multimedia que ayudaron a hacer más completa esta herramienta de
conocimiento, entre las que se encuentran la opción de escuchar la pronunciación
de los términos, ver imágenes de la palabra buscada y leer textos que permiten
visualizar sus diferentes contextos de uso. “Creemos que para los países
subdesarrollados el buen uso de la tecnología constituye una de las pocas
posibilidades de acortar camino, porque la generación y distribución de los
conocimientos tienen un costo infinitamente más bajo que al usar los sistemas
tradicionales”, explica el chileno Rodrigo Vergara, uno de los dueños de la
firma italiana.
Por otra parte, internet representa la única posibilidad concreta de hacer
participar activamente a miles de personas en un mismo proyecto, cada uno desde
su casa o desde su lugar de trabajo, sin interferencias burocráticas y sin
ningún costo suplementario. Esto ha hecho posible la participación de más de
4.500 voluntarios de lengua materna, apasionados por los idiomas, que hicieron
posible la realización de este diccionario introduciendo directamente
significados que posteriormente eran verificados por profesionales de la firma.
Suba
En este gran tomo virtual no sólo tienen cabida idiomas como el inglés, el
español, el francés, o el holandés, que por lo general son los más consultados,
sino también lenguas autóctonas como el mapuche , el aimara y el rapa nui
(de la Isla de Pascua), en una cruzada por evitar que desaparezcan, despertando
de paso el interés de las personas al respecto. El antropólogo argentino Gerardo
Martín, explica que este tipo de iniciativas es particularmente valioso, ya que
al tener muchas de estas lenguas una base en la oralidad se hace muy difícil su
conservación en el tiempo y al momento que desaparecen, también se desvanece el
legado de esa cultura.
La intención de Logos es poder extender su proyecto en este ámbito e incluir
el mayor número de lenguas que se pueda. “La idea es extender el proyecto a
todas las minorías lingüísticas que deseen adherir. El problema es similar en
todo el continente y un buen trabajo con los idiomas autóctonos chilenos podría
facilitar la incorporación al proyecto de otros pueblos americanos”, explica
Vergara.
Opciones
Pero no sólo de significados vive el hombre. Para que estas no pasen a ser
lenguas muertas, en muchos casos ya se cuenta con herramientas para la
comprensión de su fonética y su gramática. “En el caso del mapudungún, se
creó un conjugador de verbos que se puede ver en www. verba.org y en el
diccionario. A través de éste es posible escuchar directamente la pronunciación
de la mayoría de las palabras hasta ahora incorporadas”, cuenta Vergara.
“Estamos preparando, además, un curso completo de mapudungún gratuito que
será impartido a través de la red. Tenemos también una serie de cuentos en rapa
nui y en otras 30 lenguas en la biblioteca de los niños, donde es posible leer y
escuchar simultáneamente la narración en el idioma original”, agrega. Los
mayores escollos con que se han encontrado en el camino para incluir más lenguas
es que es difícil encontrar personas que conozcan el idioma y que estén
conectadas a la web. “El otro problema es que los idiomas en vías de
extinción son muchos y no se dispone de tiempo”, dijo Vergara.
Herramientas
Pero no sólo el proyecto Logos apunta a rescatar las lenguas antiguas. La
Wordtheque, una
biblioteca virtual que cuenta en la actualidad con 35.000 libros de diferentes
géneros e idiomas. Esta iniciativa ha logrado rescatar relatos orales y escritos
en mapudungún, quechua, maya, checo, guaraní, hindi, danés, afrikáans, árabe,
griego, catalán, esperanto, serbio y siciliano, por nombrar algunas lenguas.
También en la red está disponible el conjugador universal de verbos de esta
firma que permite conocer no sólo los modos sino también los tiempos verbales.
Y para quienes están perdidamente enamorados de los idiomas, Logos ofrece
Verba Volant: frases traducidas en cerca de 75 idiomas que son enviadas
diariamente a la casilla de correo del mismo usuario. “Hay muchas direcciones
que los interesados por las lenguas pueden consultar. Muchos están en inglés,
pero hay muy buenos sitios que tienen al español como lengua base”, señaló
Felipe Espíndola, de 27 años, experto en informática y estudioso de las lenguas
muertas.
Uno de esos sitios es el
Centro Cervantes
que ofrece un buen traductor online de español/catalán, portugués, francés e
inglés (y viceversa) desarrollado por la firma española Automatictrans.
Además de traducir texto nos permite llevar a
nuestro idioma cualquier sitio web, una rápida ayuda cuando deseamos conocer el
significado de algún texto que desconocemos |