Agencias -La seguridad frente a las falsificaciones, el aumento de la
capacidad de identificación y el crecimiento del comercio electrónico son las
cuestiones "primordiales" acerca del DNI electrónico, dijo Alonso.
Respecto a la primera, Montilla aseguró que será "casi imposible" su
falsificación.
La modernización del actual DNI tiene dos objetivos. El primero es agilizar
los trámites administrativos con el Estado, lo que transformará totalmente a la
Administración "para que todos los procedimientos administrativos puedan
realizarse a través de Internet", dijo Montilla. La segunda pretensión es
mejorar la seguridad de la Red para impulsar el comercio electrónico y las
transacciones "online", gracias a la firma electrónica.
El Ministerio del Interior asegura que con la llegada del DNI electrónico
cualquier ciudadano que lo desee podrá realizar desde su domicilio gestiones que
actualmente requieren la presencia física. Así, dentro de no muchos años, y sin
salir de casa, cualquier persona podrá matricularse en una universidad, renovar
su carné de conducir o incluso —si se adapta la legislación electoral — ejercer
el voto electrónico.
El nuevo DNI digital tendrá las mismas funciones que el actual pero con el
valor añadido de que permitirá a los ciudadanos identificarse en Internet con
total seguridad y protección cuando realicen trámites administrativos, así como
también, firmar toda clase de documentos en el ámbito digital con la misma
validez jurídica que tiene la firma manuscrita. Esto será posible gracias al
certificado de firma electrónica que llevará incorporado en un ‘chip’.
Desde la Administración tienen claro cómo será el nuevo documento que
suministrará una identidad digital a cada ciudadano: en tamaño, color y forma
será muy parecido al actual. El reverso incluirá los mismos datos que ya
incorpora el que ahora conocemos.
La diferencia radicará fundamentalmente en el material con el que estará
hecha la tarjeta y en la existencia de un ‘chip’ en el anverso de la misma que
contendrá varios certificados electrónicos —entre ellos el que permite suscribir
la firma electrónica—; diversas claves criptográficas para su uso en la Red y la
fotografía, la huella y la firma digitalizadas del titular.
Seguridad
Las medidas de seguridad del documento superan las del actual. Cada usuario
tiene dos claves únicas, una pública y otra privada, ambas relacionadas, ya que
lo que cierra una (cifrar) sólo lo puede abrir la otra (descifrar).
El DNI electrónico comprende dos elementos básicos: el soporte físico, es decir,
una tarjeta de policarbonato, y el electrónico, con un chip criptográfico que
contendrá información relativa a la identidad del ciudadano, además de su firma
electrónica y los datos biométricos (huella dactilar e imagen social).
La fabricación de las tarjetas —muy similares a las de crédito— correrá a
cargo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT). En la confección
del DNI del futuro se ha apostado por el policarbonato, un material longevo
(dura alrededor de diez años) y muy resistente a las altas temperaturas (hasta
los 200 grados centígrados). Será muy difícil de destruir. Y de falsificar
también pues, entre otras medidas, se utilizarán el láser y la luz ultravioleta
para grabar los datos.
El ‘chip’ incluye un certificado digital que acredita sin la más mínima duda la
identidad del ciudadano. Otro certificado le dará capacidad para firmar a través
de la Red gracias a una clave criptográfica personal que sólo él conocerá. El
usuario sólo podrá usar esos certificados si teclea su clave personal una vez
que esté conectado a la Red. Si no es capaz de recordar la clave, podrá hacerlo
a través de su huella digitalizada.
Las operaciones en Internet serán posibles gracias a un lector de tarjeta capaz
de leer el ‘chip’ del DNI y a un programa que podrá descargarse de la Red. Este
lector, un periférico que habrá que conectar al ordenador y cuyo precio no será
mayor de 20 euros, será la puerta de entrada al mundo virtual, un mundo en el
que el ciudadano podrá demostrar de forma inequívoca su identidad para
relacionarse con la Administración, con una empresa privada o firmar algún
documento.
Sin cambios en la expedición
Lo que no va cambiar va a ser el sistema de expedición. El DNI electrónico
seguirá despachándose en las comisarías de todo el país y será la policía la
encargada de hacerlo. Eso sí, el usuario apreciará una notable mejoría en la
gestión: no tendrá que volver a otro día a por el carné después de solicitarlo;
tan sólo tendrá que esperar unos diez minutos a que se lo entreguen ya que la
digitalización de sus datos y la grabación de la información en el ‘chip’ se
harán de forma automática
En diez años no quedarán restos del "histórico"
Creado en 1944 como método de control de los ciudadanos por la dictadura de
Franco se entregó primero a los presos y detenidos y en 1951 se extendió a toda
la población.
Aquel primer modelo incluía información referente al status social, como la
profesión y el cargo desempeñado. A partir de 1985 se descartó la inclusión de
datos como la profesión, el grupo sanguíneo o el estado civil.
En la década de los 90 se utilizaron técnicas informáticas en el diseño del
DNI. En España hay más de 29 millones de carnés de identidad. Según las
estadísticas oficiales, se renuevan 6 millones de documentos al año. A ese
ritmo, antes de diez años habrá desaparecido el último DNI convencional
Inversión de 23,1 millones de euros
El DNI Electrónico será fruto de un desarrollo conjunto de los Ministerios de
Interior y de Industria, Turismo y Comercio. Ambos ministerios invertirán 23,1
millones de euros entre 2005 y 2006, de los cuales el Ministerio del
Interior aportará 11.464.000, y el de Industria, Turismo y Comercio contribuirá
con 11.642.000. |