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Agencias - El total de los mensajes es 300% más que el registrado en 1995, en
que la comunicación personal electrónica (e-mail) fue instaurada en el Senado y
la Cámara de Representantes, dijo la Fundación para la Administración
Congresal (CMF o Congressional Management Foundation), un grupo privado de
Washington.
"La internet tiene efectos positivos y negativos en el Congreso y la política
pública", afirmó CMF, que está desarrollando una investigación de dos años
sobre el efecto y manejo en la legislatura estadounidense de las nuevas vías de
comunicación.
Un 55% de los empleados en el Congreso cree que la internet ha aumentado la
comprensión pública de lo que ocurre en el Capitolio, pero el 64% dice que el
e-mail "ha disminuido la calidad de los mensajes" de los electores a sus
legisladores con relación a la formalidad de las cartas del pasado.
Rick Shapiro, director de CMF, opina que los mensajes electrónicos han creado
más bien una carga extraordinaria de trabajo en las oficinas de los congresistas
y que ni éstos ni los remitentes saben todavía cómo usar las nuevas herramientas
de un modo más eficaz.
"Si no realizan los cambios pertinentes, las oficinas del Congreso van a
frustrarse en el procesamiento de los mensajes para responder a sus electores e
integrar sus puntos de vista en los proyectos legislativos", dijo Shapiro en
una declaración escrita. "Y los que esperan influir en el proceso pueden
descubrir que sus esfuerzos tienen muy poco impacto en el resultado".
El e-mail está prácticamente eliminando la comunicación por correo regular entre
los legisladores y sus electores: En 1995, el Congreso recibió casi 50 millones
de cartas por correo; en 2004 el volumen bajó a 18 millones, según la encuesta
que no ofrece cifras de contactos telefónicos ni facsímiles.
La Cámara de Representantes ha empezado a recopilar estadísticas sobre mensajes
electrónicos desde 1998 y el Senado desde 1999, por lo que los números previos a
esos años son sólo proyecciones, según el estudio "Comunicación con el
Congreso: El Capitolio frente al aumento de la participación ciudadana".
Muchas oficinas legislativas no usan los instrumentos de la tecnología de la
información para encarar el alto número de mensajes, dijo.
En el Senado, el 38% de las oficinas de sus miembros responde a los e-mails con
e-mails, y el 25% lo hace con cartas por correo regular.
En la Cámara de Representantes, apenas el 17% responde con e-mails y casi el 40%
todavía prefiere el contacto mediante carta postal individualizada.
El 44% de los encuestados cree que las cartas postales tienen "mucha influencia"
en un legislador si éste no ha tomado aún una decisión, contra el 34% del efecto
de los e-mails. Curiosamente, sólo 15% cree que la visita de los gestionadores
de influencias tiene ese efecto. |