Representantes de las empresas, que participaron por primera vez en un encuentro
con los ministros europeos, juzgaron "desproporcionado" el coste de adaptación
de sus tecnologías para responder a esta demanda.
Si bien no ven problemas en conservar durante un periodo mayor de tiempo los
datos de que ya disponen, sí se elevaría el coste al tener que recoger datos
nuevos, como las llamadas fallidas o perdidas porque se deberían reformar todos
los aparatos teléfonicos.
La industria cifra en unos 100 millones de euros el coste de adaptación. Además,
también les plantea problemas especificar el tipo de servicio (multimedia u
otros) o la localización de los movimientos de los usuarios, dado que muchas
legislaciones nacionales lo prohiben.
En cuanto a los datos en Internet, la principal dificultad detectada por las
operadoras estriba en proporcionar una lista detallada de destinatarios de
correos electrónicos, dado que ahora se registra sólo el número de mensajes
enviados.
"Nuestra petición de hoy ha sido tener más diálogo, porque es la primera vez que
hemos tenido la oportundad de hablar con los ministros", dijo el representante
de EuroIspa (European Internet Services Provides Association), Michael
Bartholomeu, quien auguró que al final será el usuario quien pagará el coste, ya
sea a través de impuestos o del consumo.
"Pero la pregunta es si las medidas son adecuadas, justas y efectivas para
todos", apuntó. A la reunión asistieron igualmente representantes de Ecta (European
Competitive Telecomunications Association); Etno (European Telecommunications
Network Operators' Association); GSM Europe y Ecca (European Cable Communication
Association).
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