Agencias - La compañía que preside Luis Lada aseguró en un comunicado
estar "completamente en desacuerdo" con esta decisión de la CMT, ya que
estima que los productos citados poseen características "especialmente
beneficiosas para los usuarios y para el sector en su conjunto".
Asimismo, Telefónica de España asegura que la decisión de la CMT limita
"injustificadamente" la capacidad de elección de los consumidores. La
empresa destaca que en los principales mercados europeos existen productos
"semejantes" a los ahora paralizados por la CMT en España, "que han sido
analizados bajo los mismos principios comunes emanados de las directivas
comunitarias", y que los respectivos reguladores nacionales han estimado "de
interés" para los consumidores y usuarios.
A juicio de Telefónica, Línea Prepago, Línea Libre, y Línea Internet benefician
a colectivos de clientes o de potenciales clientes que de otra forma no
dispondrían del servicio telefónico básico y a usuarios que, con los productos
que CMT ha retirado, podrían mantener servicios de banda ancha, "ya sea con
Telefónica de España o con otros operadores, impulsando así el desarrollo de la
Sociedad de la Información".
"La paralización de dichas ofertas tiene así una implicación negativa para
los clientes que desean el acceso fijo para dichos servicios y para aquellos que
hacen un uso más reducido del servicio telefónico. Tanto Línea Prepago, como
Línea Libre, y Línea Internet, son modalidades sobre las que los operadores de
la competencia podrían seguir captando clientes que cursasen el tráfico
telefónico, mediante la preasignació" de dichas líneas", subraya la
compañía.
"Efectos anticompetitivos".
La resolución de la CMT, que es consecuencia de la denuncia presentada por Astel
y los operadores Tele2 y Wanadoo, indica que "la vinculación del acceso con
los servicios telefónicos fijos, en los casos analizados, provoca efectos
anticompetitivos en tanto que cierran el mercado, suponiendo un empaquetamiento
ilícito".
Para la CMT, dicho cierre del mercado a los operadores alternativos implicaría
"la consiguiente desaparición de operadores de tráfico telefónico y por tanto
de ofertas y posibilidad de elección para el consumidor, así como de las fuerzas
competitivas que disciplinan el comportamiento del operador dominante en los
servicios de tráfico telefónico".
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