Un servicio de contactos personales y comunidades virtuales llamado "Orkut" está revolucionando las relaciones vía electrónica en Brasil, el país donde tiene mayor número de usuarios: 6,5 millones de personas.

Según el propio servicio, que es gestionado por el gigante de internet Google, los usuarios brasileños representan el 73,2 por ciento de los visitantes de Orkut.

En el último año, el número de brasileños que utilizaron Orkut creció más del 162 por ciento, un aumento tan elevado que animó a Google a crear un equipo de trabajo para discernir las causas del fenómeno y repetir el éxito en otros países.

Estados Unidos, el segundo país con más usuarios de Orkut, se coloca a larga distancia (10,1 por ciento del total), seguido de Irán (2,8 por ciento), Pakistán (2,4 por ciento) o India (2,1 por ciento), mientras que países como Alemania, Italia o España ni siquiera figuran en la clasificación.

"El éxito en nuestro país se debe a la idiosincrasia y cultura del brasileño: es muy expansivo, curioso respecto a la vida de los demás, le gusta investigar sus hábitos y trata de conocer mejor a las personas", explica a EFE Fernando, un paulistano que forma parte de la comunidad desde hace más de un año y cuenta con 851 contactos.

La mayor parte de sus amigos y conocidos son usuarios y utilizan Orkut para montar fiestas, organizar viajes o reunirse para charlar y profundizar en sus relaciones.

Recientemente, en un bar de Vila Madalena, barrio de Sao Paulo volcado al ocio nocturno, se reunieron él y tres compañeros después de establecer una cita a través del servicio.

"Orkut permite mantener el contacto con las personas para siempre. Uno puede cambiar de correo electrónico, de teléfono móvil o de residencia, pero mantiene su dirección de Orkut, por lo que ese contacto nunca se pierde", aclara Daniel, otro usuario del sistema.

Así, es posible retomar relaciones perdidas u olvidadas con amigos de la infancia, viejos compañeros de pupitre o personas con las que se ha compartido alguna experiencia.

"Orkut es, además, un espacio de discusión. Hay comunidades que debaten sobre el presidente Lula y los escándalos políticos, pero también pueden hacerlo sobre cualquier tema, ya que se crean comunidades estúpidas o serias", explica Daniel.

Las hay de todo tipo: universitarias, religiosas, deportivas, lúdicas o ecologistas, aunque cualquier usuario puede crear una sobre un asunto que le interese, a la que se apuntarán otros amigos o incluso desconocidos, lo que permite expandir los contactos y conocer cada vez a más gente a través de afinidades personales.

En el uso de Orkut también hay motivos que van más allá de la amistad, y el propio sistema dispone de ciertos mecanismos que facilitan el contacto entre personas que se gustan o atraen.

Los usuarios saben que hay quienes crean sus "alter ego", inventando personajes ficticios a través de los cuales inician relaciones con otros miembros de la comunidad, desconocidos o no.

"Hay personas que disponen de varias cuentas de Orkut. Así, un hombre se puede hacer pasar por mujer, un heterosexual por bisexual o un tipo tímido por ligón, mostrando matices de personalidad que les gustaría tener y no tienen", concluye Fernando.

La posibilidad que tiene el usuario de mostrar su perfil personal, en el que puede incluir todo tipo de características y aficiones, así como de enviar y recibir mensajes, hace que surjan situaciones delicadas.

"A veces, hay personas que dejan mensajes comprometedores y, generalmente, malentendidos por la pareja del usuario, por lo que no es difícil conocer casos de novios que han roto su relación por culpa de este tipo de contactos con terceras personas", confiesa Isabel, una universitaria que estudia en Sao Paulo y utiliza Orkut para mantener el contacto con los amigos de su ciudad natal.

Las estadísticas de Orkut muestran que el 51,2 por ciento de los usuarios tiene entre 18 y 25 años y lo utiliza por motivos de amistad (85 por ciento frente al 16 por ciento que lo usan para fijar citas).

El 43 por ciento se declara soltero, el 16 por ciento con pareja y el 14 por ciento casado.