Peter Erskine declaró al diario alemán Welt am Sonntag que veía a Telefónica
como una superviviente en una esperada ronda de consolidación de las
telecomunicaciones europeas.
"Seamos realistas. Este año, primero tenemos que organizarnos después de la
compra. Si entonces las oportunidades se presentan por sí mismas, Telefónica con
seguridad estaría abierta a ellas", dijo Erskine en la entrevista publicada
el domingo.
Señaló que Telefónica todavía estaba en una posición fuerte con su capacidad
monetaria, a pesar de haber recibido una rebaja en su calificación por las tres
mayores agencias después de comprar O2. La deuda neta de Telefónica se situó en
30.100 millones de euros (36.722 millones de dólares) a finales de 2005. |