Durante su intervención en la conferencia LinuxWorld en Bostón, Negroponte
desmenuzó el estado del proyecto y aunque consiguió animar a la audiencia con
sus criticas hacía Microsoft e Intel, un buen número de los asistentes salieron
con la idea de que este no va por buen camino.
Negroponte empezó explicando que siete países y la ONU dan su apoyo al proyecto.
Se han comprometido diez millones de unidades y las criticas de los grandes de
la industria no han conseguido el objetivo de desanimar a los promotores
“Cuando uno tiene a ambas encima, uno sabe que está haciendo algo bien
hecho", dijo Negroponte, logrando el aplauso de los cientos de asistentes a
su conferencia, todos ellos seguidores del código libre y "enemigos" del gigante
de Seatle.
Nuevo diseño
Dicho esto, el profesor expuso los problemas a los que se enfrenta el proyecto
para salir adelante.
En primer lugar, precisa de un "Linux" más liviano. Según este, la distribución
originalmente pensada es demasido pesada para ser usado en este portátil y se
precisa una que requiera menos recursos y memoria.
El portátil, además, debe ser rediseñado. Se incorporará un pedal para generar
electricidad que sustituirá a la original manivela del primer diseño.
Y finalmente en el aspecto técnico, el "portátil" tendrá una configuración más
semejante a una PDA que un PC: procesador AMD de 500 Mhz, 128 MB de RAM y
memoria flash de 512 MB en lugar de disco rígido.
Más caro
Ante el asombro de los asistentes, Negroponte dijo que los cálculos iniciales
hacen prever que el precio será superior a los 100 dólares originales. En
concreto costará 135 dólares, esmerándose que se acerque a los 100 dólares en el
2008 y caiga a los 50 dólares en el 2010.
Competencia china y de Intel
Con estas perspectivas el proyecto de Negroponte podría morir antes de haber
conseguido fabricar un solo equipo. Solo en el caso de Argentina, por ejemplo,
el coste de los equipos pedidos se incrementaría en 35 millones de dólares.
China anunció su propio plan (y por lo tanto su retirada del proyecto del MIT)
basado en procesadores Pentium III, mucho más potentes que los diseñados por el
profesor.
Además, Intel también ha anunciado una línea de chips destinados a dotar a PCs
de bajo coste para países en desarrollo.
Demasiados problemas para un proyecto que nunca ha contado con el apoyo de la
industria y que ya muchos criticaron por su falta de realismo.
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