El sistema funciona enviando electrodos a un sector del teléfono que avisará de
una llamada o mensaje simulando la contracción de un músculo, pero imperceptible
para quien no esté en contacto con él. Se podrá regular la intensidad de la
señal y constará de variantes para identificar a las distintas personas que
llamen.
La propuesta nació debido a que la alarma vibratoria no es del todo silenciosa,
siendo más notoria al estar el celular sobre una superficie sólida, por lo que
se han buscado soluciones alternativas como ésta que, a pesar de ingeniosas, no
deja de amedrentar un tanto la mención de una "descarga eléctrica
|