|
Noticias
relacionadas |
|
|
|
Agencias - En juego no sólo está la primer posición de una industria valorada
en 25.000 millones de dólares, sino el dominio de la próxima generación de DVD,
la viabilidad comercial de los microchips de Cell, de Sony, y quizá el control
sobre la electrónica de los cuartos de estar en todo el mundo. Sony necesita
un éxito. En los últimos cuatro años, sus ingresos han permanecido prácticamente
planos, mientras su beneficio operativo ha subido un tres por ciento.
En comparación, su rival Matsushita Electric Industrial, fabricante de la marca
Panasonic, impulsó sus ventas casi un 20 por ciento y vio cómo su beneficio
operativo se triplicaba.
La nueva consola de Sony, que utilizará discos de Blu-ray y los
microprocesadores de Cell, se lanzará, según lo previsto, a primeros de
noviembre, después del de la Xbox 360 de Microsoft y la Wii que va a sacar
Nintendo.
Sony controla dos tercios del mercado de las consolas de videojuegos, y aunque
la filial supone menos de un cinco por ciento del beneficio operativo de la
corporación en el año que terminó el 31 de marzo, el rendimiento de esta
división tiene unos efectos arrolladores en todo el grupo.
La compañía es uno de los principales partidarios de la tecnología de disco
óptico Blu-ray, que compite con el DH DVD promovido por Toshiba y que apoya
también Microsoft.
Toshiba lanzó en marzo los primeros reproductores de disco óptico de próxima
generación, pero Sony espera que la PS3 cambie las tornas a favor del Blu-ray.
Microsoft también está pendiente de que un posible éxito de la Xbox 360 le
permita ampliar su dominio del mercado informático y meter pie en el de la
electrónica de consumo, un campo dominado por Sony.
La compañía espera que unas fuertes ventas de la PS3 le permitan también
incrementar la producción y reducir el coste de los microprocesadores Cell, que
desarrolló junto con Toshiba e International Business Machines (IBM) para
aparatos de electrónica digital avanzados
|