Agencias -
Es la pornografía. Y si usted es uno de los usuarios, John Harmer cree que usted
está dañando su cerebro.
Harmer forma parte de un grupo de activistas que tratan de desarrollar nuevas
tácticas para combatir un diluvio de pornografía que, según aseguran, está
destruyendo incontables matrimonios y distorsionando la sexualidad humana. Esos
activistas piden a los fiscales federales que procesen más casos de pornografía,
especialmente contra los magnates que la promueven.
"No creemos que sea una causa perdida", dijo Harmer, ejecutivo de una empresa
automotriz con sede en Utah y ex político que viene combatiendo la pornografía
desde hace 40 años.
"Es la industria más redituable del mundo", admitió. "Pero estoy convencido de
que podremos demostrar en un futuro no muy lejano que la pornografía causa daños
físicos y que debería ser responsabilizada a nivel financiero. Y esa podría ser
la gota que rebalsa el vaso".
Los adversarios de estos activistas son personas que ofrecen, según algunos
cálculos, más de cuatro millones de sitios pornográficos en la internet. Sólo en
los Estados Unidos se estima que la industria pornográfica obtiene ganancias
anuales de 12.000 millones de dólares. Según la firma de seguimiento comScore
Media Metrix, alrededor del 40% de los usuarios de la internet en Estados Unidos
visitan sitios "adultos" cada mes.
Productos pornográficos figuran en populares exhibiciones y cadenas minoristas
tales como Hustler Hollywood. Importantes hoteles ofrecen pornografía en sus
cuartos, y algunas estrellas de filmes pornográficos son ahora celebridades en
los medios de comunicación tradicionales. Mary Carey, una actriz del cine
pornográfico, asistió a un evento de recaudación de fondos del partido
Republicano en Washington a mediados de marzo. Otra actriz, Jenna Jameson,
publicó el libro "How to Make Love Like a Porn Star" (Cómo hacer el amor igual
que una actriz pornográfica), que se convirtió en uno de los libros de mayor
venta en Estados Unidos.
Si bien existe un consenso nacional para combatir la pornografía infantil, no
hay nada similar en relación a la pornografía adulta. El problema es que tanto
activistas como expertos discrepan sobre el daño _presunto o real_ que causa.
"El tipo de espectáculo no es un problema", dijo Paul Cambria, asesor de Adult
Freedom Foundation, principal organización de la industria pornográfica en
Estados Unidos. "Hay individuos que reaccionarán de manera anormal ante un
material normal. Pero eso no es un problema para la persona promedio".
Si bien hay algunas parejas que se separan debido a la pornografía, otras
mejoran sus relaciones gracias a ella, dijo Cambria. Asimismo rechaza las
afirmaciones de que la pornografía sea una adicción y que daña el cerebro.
"Algunas personas la utilizan como pretexto", dijo Cambria. "Es la manera que
tienen de excusar una conducta inaceptable, 'Yo no fui, fue la pornografía',
dicen".
Pero expertos del bando contrario aseguran que la pornografía en línea podría
ser tan adictiva como la cocaína.
"La internet es el sistema perfecto para una conducta antisocial: es gratis, se
la llevan a su casa", dijo Mary Anne Layden, una psicóloga experta en adicción
en la Universidad de Pensilvania. "La pornografía de la internet es posiblemente
el más grande de los sistemas de mala educación en términos de sexualidad, y de
maltrato a las mujeres".
Agrega que muchos de sus pacientes, en lugar de mejorar sus relaciones íntimas a
través de la pornografía padecen problemas sexuales.
Otro psicólogo, David Greenfield, de West Hartford, Connecticut, experto en la
conducta que genera la internet, dijo que la pornografía actual "está diseñada
para que una persona alcance un punto en que ya no está en pleno control de sí".
Greenfield calcula que un 10% de los usuarios de pornografía tienen problemas
maritales. Muchos esposos dedican tanto tiempo a la pornografía en línea que
dejan de mantener relaciones sexuales con sus cónyuges.
Abogados expertos en divorcios dicen que el uso de la pornografía es un factor
cada vez más común en la separación conyugal.
"Yo la comparo con una casa incendiándose", dijo Laurie Hall, que se divorció
luego de escribir un libro titulado "An Affair of the Mind" (Obsesión amorosa
mental) acerca de la obsesión de su marido con la pornografía, que se prolongó
20 años.
Phil Burress, quien admite haber sido adicto a la pornografía, es actualmente
director del grupo conservador Citizens for Community Values, con sede en
Cincinnati. Como muchos otros conservadores, tenía esperanzas de que el
presidente George W. Bush diera más ímpetu a los procesos en casos de obscenidad
adulta e infantil. Pero hasta ahora se siente decepcionado.
"A cinco años de gobierno, creo que tiene una calificación insuficiente" en la
lucha contra la pornografía, dijo Burress.
Aún así, Burress se siente alentado por la reciente formación de un escuadrón
anti-obscenidad en el FBI, y por la designación de Brent Ward, un ex fiscal
federal que combatió la pornografía en Utah, para liderar la fuerza de tareas
encargada de lidiar con el problema.
El Departamento de Justicia defiende sus antecedentes en la materia, indicando
que ha acusado a docenas de personas por cargos de obscenidad desde el 2001, y
sugiere que el ritmo podría aumentar. Pero, con una vasta gama de objetivos
potenciales y otras prioridades, los fiscales deben librar sus batallas con
cuidado.
Un caso pendiente involucra cargos de obscenidad contra una pareja de California
cuya empresa vendió vídeos pornográficos donde se exhibían simulacros de
violaciones y asesinatos. Las acusaciones podrían derivar en condenas de hasta
50 años de cárcel y multas por 7,5 millones de dólares en caso de que la pareja
sea declarada culpable.
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En la internet:
Grupo de la industria pornográfica: http://www.adultfreedomfoundation.org/
Grupo contra la pornografía: http://www.obscenitycrimes.org/
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