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En 2004, la proporción de nuevos gusanos y troyanos detectados por PandaLabs fue del 34,7% y del 24,3%, respectivamente. Sin embargo, en 2005 la
situación cambió drásticamente, aumentando notablemente el porcentaje de nuevos
troyanos hasta el 40,3%, y descendiendo el de nuevos gusanos hasta el 25,6%.
Esta tendencia no sólo se mantiene en lo que llevamos de 2006, sino que se está
acentuando; así, en lo que llevamos de año, los troyanos ya representan el 47,8%
del total de nuevo malware, mientras que los gusanos sólo alcanzan el 17,1%.
La causa de esta evolución reside en la dinámica actual del malware, en la que
el objetivo que mueve a los ciberdelincuentes es la obtención de beneficios
económicos. Debido a ello, centran sus esfuerzos en aquellos tipos de malware
que son adecuados para tal fin, como los troyanos.
“Los troyanos son un tipo de malware extremadamente versátil, ya que pueden ser
diseñados para llevar a cabo múltiples tipos de acciones maliciosas de forma
oculta para el usuario. Así, pueden crear puertas traseras a través de las
cuales los delincuentes pueden controlar ordenadores de forma remota, robar los
datos que el usuario introduce para acceder a servicios web, o incluso hacer
modificaciones en el sistema para dirigir a los usuarios a falsas páginas web
que están diseñadas para robar datos personales”, afirma Luis Corrons, director
de PandaLabs, que añade: “Otros tipos de malware, como pueden ser los gusanos,
suelen tener acciones demasiado “escandalosas”, lo que despierta la atención de
los medios y los usuarios, que se preocupan por eliminarlos rápidamente de sus
sistemas. Por eso, no son adecuados para los ciberdelincuentes actuales, que por
encima de todo tratan de ganar dinero”.
Por otra parte, los creadores de malware, no solamente están centrando sus
esfuerzos en la creación de aquellas amenazas que les proporcionan beneficios
económicos, sino también en distribuirlas de forma oculta a los ojos de los
usuarios. Están proliferando, por ejemplo, páginas web diseñadas para aprovechar
vulnerabilidades a través de las cuales introducir directamente los ejemplares
de malware en los ordenadores de los usuarios que las visitan.
“En este momento es necesario complementar los antivirus tradicionales con
tecnologías de protección proactivas capaces de detectar malware sin conocerlo
con anterioridad. Los creadores de códigos maliciosos saben que una vez que las
compañías de seguridad detectan la existencia de un nuevo malware, es cuestión
de horas que los fabricantes elaboren una vacuna para neutralizarla. Así, un
código malicioso no identificado por las compañías de seguridad puede permanecer
mucho tiempo en un sistema, aún teniendo un antivirus actualizado. Como dato a
destacar, nuestras tecnologías proactivas TruPreventTM han detectado, desde su
lanzamiento, en agosto de 2004, más de 46.000 ejemplares de malware
desconocido”, concluye Luis Corrons.
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