La irrupción femenina en el fútbol es un fenómeno imparable que ya ha
revolucionado el mundo de la moda y del deporte rey en una mezcolanza que tanto
vale para las páginas deportivas como para las del corazón.
El matrimonio Beckham es un referente obligado en el mundo de la moda y de la
información "rosa".
La audiencia femenina de los partidos de fútbol sigue creciendo en todo el
mundo. En Francia'98 un 33 por ciento de las francesas siguieron habitualmente
el Mundial. Cuatro años después, en Corea-Japón, el porcentaje subió al 40 por
ciento pese al glorioso desempeño de los "bleus", que defendían el título y sin
embargo cayeron en la primera fase sin marcar un solo gol.
La agencia Sports Marketing Surveys, que trabaja para la FIFA, entiende que la
feminización es un fenómeno que afecta a todos los deportes, no sólo al fútbol.
"En todos los deportes hay un interés creciente de la mujer por el estilo de
vida y la forma de vestir de los deportistas", considera su director, Nigel
Geach.
La ciudad de Wagen, en la región alemana de Baden-Wurttenberg, se apresuró a
capitalizar este interés y creó un campo de entrenamiento para mujeres que en
poco tiempo captó a más de doscientas alumnas. A los pocos días, refiere una de
ellas, se aficionaron de tal modo al fútbol que no sabían cuando dejarlo,
"aunque lloviera o nevara".
En Europa, Italia alcanza el mayor porcentaje de audiencia televisiva femenina
para el fútbol (31,5 por ciento), seguida de Alemania (27), Inglaterra (24),
Francia (19) y España (16,4), según datos de las empresas medidoras de
audiencias en estos países referidas al último Mundial.
No hay datos fehacientes de la situación en América pero hay indicios que
desmontan el tópico de que el fútbol no levanta pasiones en un país como los
Estados Unidos que sólo parece amar los deportes que se practican con la mano.
Jaclyn Smith, estudiante norteamericana en España, considera que el fútbol "es,
probablemente, el deporte más practicado" en su país, "aunque no el más seguido
por televisión", comentó a EFE.
Las cifras oficiales apoyan la teoría del estado floreciente del fútbol en el
país del dólar. El Mundial de Estados Unidos'94 alcanzó una media de 68.991
espectadores por partido que entonces supuso un récord y después no ha sido
batido en las dos ediciones siguientes: Francia sólo tuvo 44.470 y Corea-Japón
42.241.
La pujanza del fútbol femenino en los Estados Unidos habrá tenido mucha culpa de
la masiva afluencia, parece que imbatible, a los estadios norteamericanos.
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