La casa, administrada por la consultoría de adicciones Smith & Jones, alberga la
primera clínica de Europa para personas adictas a los juegos en red.
Los consultores sintieron que se necesitaban tratamientos, aunque los expertos
todavía están
debatiendo si estos juegos en exceso son una adicción.
"Comenzamos a verlo hace unos dos años; la gente empezó a llegar con el juego
como una especie de problema secundario", dijo Bakker, el director de Smith &
Jones, de 45 años.
"Entonces, recibimos a un chico que estaba jugando 18 horas al día y quisimos
enviarlo a algún sitio y nos fijamos en que no había ningún lugar, de modo que
empezamos a considerarlo", dijo Bakker, quien en el pasado luchó contra drogas y
alcohol.
Smith & Jones comenzó ofreciendo programas diarios para ayudar a los jugadores,
tanto para aquellos que lo hacen en red como para aquellos adictos a los
videojuegos.
"Hay grupos, sin embargo, que no cambian fácilmente o aquellos que vienen por un
programa diario y les dices todas las cosas maravillosas que quieren escuchar y
al volver a sus casas se conectan nuevamente", explicó.
Smith & Jones ahora ofrece programas de internación para una docena de personas
a la vez, que duran entre cuatro y seis semanas.
Quienes ingresan con frecuencia han puesto en suspenso sus vidas, la escuela, el
trabajo, los amigos, la higiene personal, para seguir jugando, usando cualquier
cosa, desde Red Bull a cocaína para mantenerse despiertas.
Tim, de 21 años, que no ha jugado en un mes desde que hizo el programa diario,
dijo que durante cinco años casi no dejaba su habitación, con lo que engordó y
empezó a consumir drogas.
Al igual que muchos otros, comenzó con una GameBoy a los 12 años, pero progresó
a juegos en red para jugadores múltiples, que ofrecen historias d final abierto
situadas en universos virtuales a los que pueden acceder miles de personas.
"No podía ir al baño porque entonces tenía que dejar de jugar (...) así que me
traía una botella vacía para orinar dentro de ella", contó.
SER UN SUPERHEROE
Algunos países como Corea del Sur y China, que cuentan con las mayores
comunidades de juegos en red, están trabajando con los operadores en sistemas de
prevención de conductas compulsivas.
Un surcoreano murió de una afección cardiaca el año pasado después de jugar a "StarCraft"
durante 50 horas en un cibercafé.
Los padres de un niño chino de 13 años quien se quitó la vida después de jugar
en un ordenador durante 36 horas han demandado al distribuidor oficial del juego
en China.
Estos tratamientos no están cubiertos por el seguro de salud, de modo que los
pacientes deben afrontar los costos de 500 euros al día.
Después del tratamiento, los pacientes deben aceptar una verdad incómoda: su
adicción siempre existirá.
Bakker la llama el terrorista interior: "Puede hacerme estallar, pero me dice
que un trago, un juego de guerras está bien (...) pero necesito combatirlo día a
día".
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