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Agencias - El tres veces elegido senador por Connecticut fue repudiado el
martes por los votantes de su propio partido que escogieron a Ned Lamont, un
desconocido con un agresivo mensaje contra la guerra, para representar a los
demócratas en las elecciones de noviembre.
"La ganadora es la política impulsada por las personas", dijo la página
web del Daily Kos, un sentimiento que se ha extendido por toda la blogosfera
liberal, un termino que en los EEUU se suele aplicar a aquellos que defienden
políticas progresistas, todo lo contrario a lo que sucede en España donde es
utilizado por sectores conservadores y alineados con el Partido
Republicano estadounidense.
Lamont, un hombre de negocios millonario que nunca había dirigido una oficina
estatal o federal, era muy poco conocido y no tenía apenas experiencia política
cuando comenzó la carrera electoral.
Pero su clamorosa oposición al conflicto en Irak y su persecución a Bush, llamó
la atención de los activistas, bloggers y grupos como MoveOn.org, que reunió a
un ejercito de voluntarios que fueron casa por casa durante meses en Connecticut
y realizaron 80.000 llamadas telefónicas en los días previos a las primarias.
"Lo que estamos presenciando es la democratización de la democracia",
afirmó Carol Darr, director del Instituto de Política, Democracia e Internet de
la Universidad George Washington.
APARECEN 'NETROOTS'
La victoria de Lamont descubrió el aumento de la autoridad de los militantes de
base y los activistas de la red, llamados "netroots", que aparecieron durante la
candidatura presidencial de Howard Dean en 2004.
"Lieberman recibió una derrota aplastante porque la gente normal se ha dado
cuenta de que a Joe Lieberman y el sistema de Washington que él representa se le
ha permitido durante mucho tiempo vender a sus constituyentes y al país en
general", escribió el autor liberal de un blog David Sirota.
El triunfo de Lamont sobre Lieberman, que apoyó durante mucho tiempo la decisión
del presidente de invadir Irak, ofreció una medida del sentimiento antiguerra
existente entre los votantes antes de las elecciones del 7 de noviembre, cuando
se decidirá el control del Congreso.
Los republicanos, cada vez más preocupados por la pérdida del dominio en el
Senado y en la Cámara de Representantes, utilizaron a los activistas que
apoyaron a Lamont, como una prueba de que el partido demócrata está bajo la
influencia de radicales de izquierdas en los que no se puede confiar la
seguridad nacional.
"Lo que vimos la otra noche fue realmente una sublevación de los votantes
hambrientos de cambio", aseguró Eli Pariser, director ejecutivo de
MoveOn.org Political Action. "Una revuelta de los votantes que están cansados
de los políticos que defienden el 'status quo' en un tiempo en que éste fracasa
en América."
Pariser afirmó que su grupo ofrecería cerca de 15 millones de dólares (11,64
millones de euros) a los candidatos y organizaciones interesadas en "cambiar el
rumbo" del país.
/Por Patricia Wilson/
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