La dirección IP muestra exclusivamente quién alquila la conexión a Internet,
pero no quién realmente la está usando. Como esa era la única prueba que tenía
la industria musical estadounidense contra Amanda Foster, una ciudadana de
Oklahoma que fue demandada por descargar música ilegalmente, la RIAA perdió su
primera demanda en un caso de P2P.
Después de dos semanas de juicio, el conglomerado de empresas de la industria
musical de Estados Unidos tuvo que retirar los cargos y la demanda por el simple
hecho de no poder comprobar si Amanda Foster fue realmente quién realizó las
descargas ilegales a través de esa dirección IP.
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