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Agencias - Los globos dirigibles representarían una alternativa frente al
aspecto desagradable de las torres de telecomunicaciones en tierra y los altos
costos de los satélites en el espacio.
Jones, ex administrador de la NASA, avizora una flotilla de "estratélites" no
tripulados que se ubicará en la atmósfera y cubrirá grandes territorios con
acceso inalámbrico a comunicaciones de voz y datos de alta velocidad.
Incluso, el empresario regresó recién de un viaje a Colombia y dijo que habló
con funcionarios del gobierno sobre la posibilidad de desplegar en esa nación
sus "estratélites" _llamados así porque llegarían a flotar en la estratosfera_.
La idea de utilizar dirigibles como plataformas de comunicaciones no es nueva;
fue analizada ampliamente durante el auge de las empresas de alta tecnología a
finales de la década de 1990. Sin embargo no despegó entonces, y Jones es el
primero en reconocer que el nuevo proyecto representa una apuesta.
Los vuelos de un prototipo comenzarían pronto en esta ciudad del Desierto de
Mojave, situada a una hora de Los Angeles por carretera. La construcción del
modelo costaría unos 3 millones de dólares y sus dimensiones representan una
quinta parte de las que tendría la aeronave en su versión comercial.
Jones dice que el ensayo será crucial para el futuro de esta tecnología.
"No quiero ver que esto se caiga en el jardín trasero de alguien ni que
tengamos que volverlo a colocar sobre Las Vegas", dijo Jones, presidente de
Sanswire Networks LLC, la empresa que desarrolló el "estratélite".
Si todo resulta conforme a lo previsto, los vuelos controlados a distancia
podrían comenzar a finales de este año desde la Base Edwards de la Fuerza Aérea,
cerca de Palmdale. Durante las pruebas, la aeronave flotaría a 13.500 metros de
altura durante varias horas.
Jones prevé que los dirigibles comerciales ascenderán a 19.500 metros y se
mantendrán en alto durante 18 meses.
Por ahora, el objetivo de Jones es probar cómo funcionan los componentes de la
aeronave. Espera construir un vehículo comercial en los próximos años.
A diferencia de la forma cilíndrica que tienen los dirigibles tradicionales, el
"estratélite" muestra una nariz ahusada, como la de un tiburón. El dirigible,
que funciona con energía solar, transportará un radio y varios aparatos con
tecnología digital.
El interés por las aeronaves ha ido en aumento. Los militares estadounidenses
exploran esa tecnología para vuelos de reconocimiento y seguridad interna. Las
corporaciones desean también usar dirigibles para su uso en comunicaciones
civiles.
A finales de la década pasada, varias empresas coquetearon con la posibilidad de
suministrar servicio de internet y telefonía desde plataformas flotantes de
comunicaciones. Muchas de esas ideas quedaron olvidadas cuando sobrevino la
crisis de las empresas de internet; proliferó en cambio el servicio de banda
ancha distribuido mediante líneas telefónicas y cable de televisión.
Sin embargo, los dirigibles podrían ser útiles en algunos nichos del mercado,
por ejemplo las zonas rurales sin cobertura o durante desastres naturales,
cuando fallan las torres en tierra.
Después del huracán Katrina, varios proveedores de telefonía inalámbrica basada
en satélites experimentaron un alza en el uso de sus servicios en las zonas
devastadas de la costa estadounidense del Golfo de México.
Ese mercado reducido no sería suficiente para que sobrevivan los fabricantes de
dirigibles, dijo Robert Rosenberg, presidente de Insight Research Corp., una
firma investigadora del sector de las telecomunicaciones, con sede en Nueva
Jersey.
"Esto es ejemplo de una tecnología en busca de un mercado", consideró.
Jones
considera que sus "estratélites" podrían reemplazar a las antiestéticas torres
de transmisión celular y costarían menos que los satélites. Los globos estarían
llenos de helio.
Debido a la altitud que alcanzarían los dirigibles, Jones considera que sus
equipos de radio podrían abarcar un área ligeramente más grande que el
territorio de España.
Las torres celulares enfrentan las limitaciones impuestas por las autoridades
para no afear el paisaje, y adolecen de un alcance muy limitado. Los satélites
geoestacionarios tienen la desventaja de que sus señales tardan un cuarto de
segundo en recorrer 36.000 kilómetros de ida y vuelta, algo insignificante en
las transmisiones de televisión pero terrible para comunicaciones
bidireccionales mediante computadoras conectadas a la internet.
Jones dijo que sus plataformas flotantes transportarán equipo de radio que
utiliza tanto frecuencias sujetas a licencia como otras libres. La compañía
solicitará licencias del espectro inalámbrico en caso necesario y trabajará con
empresas que posean ya esos permisos.
Hay dudas sobre la durabilidad de los dirigibles. Ningún vehículo ha permanecido
jamás durante meses ininterrumpidos en la estratosfera, donde rara vez se forman
nubes y donde las temperaturas son gélidas.
No está claro en qué forma afectaría el medio ambiente a un dirigible.
En un hangar celosamente vigilado, el prototipo de 37,5 metros de largo, llamado
Sanswire 2, es mantenido en tierra con costales repletos de arena, en una zona
acordonada. Una decena de empleados daba los toques finales a la aeronave antes
de su primer vuelo.
El prototipo de Jones pesa apenas 337 kilogramos y contiene cinco cámaras
separadas de helio en caso de que alguna presente fugas. Está fabricado en un
compuesto duro de carbono que le da una estructura rígida, como los zepelines de
comienzos del siglo XX.
Además de Colombia, otros países han expresado interés, pero ninguno ha firmado
contratos. |