Ros dijo que, si los estados permanecen en las operadoras, «se pondría en
cuestión el objetivo de plena independencia de los reguladores respecto a los
eventuales intereses de los gobiernos en operadores en los que participen, y
sería imposible conseguir una verdadera armonización».
Para Ros, es fundamental la armonización de la regulación comunitaria para los
agentes y las empresas «que actúan en un entorno como éste, cada vez más
globalizado».
Añadió que habría que aumentar la capacidad de coordinación y aplicación de
criterios comunes por parte de las diferentes autoridades reguladoras nacionales
para garantizar la eficacia de sus decisiones y su independencia de la Comisión.
Así se conseguiría, dijo, que «no existan superposiciones ni tampoco pugnas por
protagonizar la actuación reguladora, como en cierto modo está ocurriendo ahora
con la itinerancia internacionales»
Ros aclaró que es fundamental «la competencia y la reducción de precios, pero
también son fundamentales la inversión en red y en plataformas y la innovación
en servicios».
También planteó la necesidad de revisar el modelo de Servicio Universal que
garantice el acceso de todos los ciudadanos a la telefonía y a Internet, y dijo
que «requiere la reformulación de conceptos que definan el conjunto mínimo de
servicios, de calidad especifica» al que todos los ciudadanos tengan acceso.
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