Agencias - La asociación que pone en contacto digital a Dios con los creyentes se llama
Internet Hacia el Cielo.
La bendición y la absolución llegan al pecador arrepentido por el teléfono móvil
o por un reproductor audiovisual iPod, según las posibilidades, mientras que los
sermones religiosos se pueden descargar y salvar para ser escuchados después en
recogimiento.
'Oh, Dios, si existes, te ruego: escucha mi oración y haz que Alexandra me ame
porque la quiero locamente, y te estaré muy agradecido', solicita un tal Melinte,
mientras que Octavián implora al padre celeste que interceda por él para obtener
el visado para Estados Unidos, adonde ya se fueron sus padres.
Los rumanos, según los registros cibernéticos, apelan a Dios para asuntos del
corazón, para acertar en los negocios o incluso para solicitar dinero, y gracias
a Internet pueden observar cómo avanza el cumplimiento de sus deseos, a
condición de que ganen puntos 'alzando' más oraciones.
Incluso Teoctist, patriarca de la Iglesia ortodoxa rumana, se declara a favor de
Internet como medio para propagar la fe y asegura que 'la palabra del Evangelio
se puede transmitir por cualquier vía'. |