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Jeanson James Ancheta, recientemente ondenado en los EEUU a casi cinco años
de carcel, explico los beneficios economicos que le reportaba la actividad a la
que se dedicaba, infectar ordenadores a través de troyanos.
Percibía 150 dólares por cada 1000 ordenadores infectados.
Ancheta era un reconocido miembro del grupo de hackers a sueldo "Botmaster
Undergraund". Cualquiera que tuviera dinero podía contratarlos para que
aumentar sus beneficios. Desde robar contraseñas de los ordenadores a que estos
"pincharan" (sin que el propietario de la maquina tuviera conocimiento) miles de
banners durante su navegación.
Por supuesto, como mayor fuera el número de equipos a los que el hacker tuviera
control mayor serian los ingresos que podía conseguir. Ancheta llego a controlar
500.000 ordenadores consiguiendo, como mínimo, unos ingresos de 75.000 dólares.
Programas de afiliación
“El surgimiento de lucrativos modelos de negocios basados en marketing de
afiliación en línea y la extensa facilidad con que se pueden distribuir los
programas publicitarios y programas espía, los han convertido en funciones
prominentes en el panorama de las amenazas", manifestó Jeff Green,
vicepresidente senior de desarrollo de productos de McAfee.
“Desde el año 2003, cuando surgieron los programas publicitarios y programas
espía como las amenazas dominantes en el entorno de seguridad, hasta 2006, hemos
presenciado el aumento en un 448% de las familias de programas publicitarios, lo
que demuestra un incremento muy marcado durante los últimos años”, agregó.
Las investigaciones de McAfee demuestran que los distribuidores de programas
publicitarios y programas espía se aprovechan de los programas de marketing de
afiliación de empresas legítimas.
Además, los distribuidores de programas publicitarios utilizan empresas y sitios
web de fachada para llegar a usuarios e intermediarios confiados, lo que
significa que sitios legítimos se encuentran a sí mismos ligados a
distribuidores de programas espía conocidos.
Luego, los programas se instalan en la máquina del usuario, a menudo como
intercambio por un software gratuito, y se utilizan para recopilar datos de
marketing y distribuir publicidad dirigida.
A veces se les va la mano y un ejemplo de este tipo lo tuvimos recientemente con
el código malicioso que se instalaba en la maquina visitando sitios de cracks
especialmente. Camuflado como un programa antivirus, el código tomaba el control
de la maquina y se lanzaba a abrir decenas de ventanas con banners hasta que el
ordenador quedaba bloqueado totalmente.
La única solución, formatear el disco duro y reinstalar el sistema operativo.
Aunque efectivo, este código era un mal ejemplo de la conducta de la nueva
generación de creadores de "virus y troyanos". Ahora lo que se lleva es que ni
el propio usuario sea consciente de que su equipo este infectado y sacar el
máximo jugo de manera discreta, por ejemplo en aquellos momentos que el código
detecta que no mantiene ninguna actividad y por lo tanto el usuario no esta
fente al ordenador.
Además de pulsar banners la maquina infectada también sirve para lanzar spam o
infectar a otros ordenadores pertenecientes a la misma red corporativa o a los
amigos de la libreta de direcciones.
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