Siemens informó ayer de que los empleados de su antigua división de móviles,
declarada insolvente por BenQ la semana pasada, recibirán la ayuda en forma de
pagos y medidas de cualificación, formación y readaptación profesional.
Además, los 3.000 trabajadores afectados podrán aspirar a las más de 2.000
ofertas de trabajo en Siemens como candidatos internos y la compañía apoyará
'activamente' a sus antiguos empleados en la búsqueda de otros puestos.
Según la empresa, los directivos de Siemens renunciarán este año a la subida
salarial aprobada por el consejo de vigilancia y aportarán 5 millones de euros
(6 millones de dólares) de los que incluye el fondo.
BenQ compró en octubre de 2005 la división de móviles de Siemens, que en el
ejercicio fiscal 2004-2005 había tenido unas pérdidas de 810 millones de euros
(1.029 millones de dólares).
Siemens reiteró que la decisión de vender estas actividades al grupo taiwanés
era 'la solución con mejores posibilidades para los trabajadores' y afirmó que,
desde el punto de vista de la rentabilidad, había entonces 'caminos claramente
más atractivos'.
El presidente de Siemens, Klaus Kleinfeld, se defendió de las acusaciones de que
el grupo industrial podría haber sabido de las intenciones de BenQ y calificó
estas afirmaciones de 'difamación atroz'.
BenQ presentó el pasado viernes una solicitud de insolvencia para su división de
telefonía móvil en Alemania y decidió no inyectar más dinero en la deficitaria
filial por considerar que existe 'una posibilidad muy pequeña' de que
vuelva a tener beneficios.
La firma china dijo que la decisión de cerrar las fabricas alemanas no
supondría ningún problema para el abastecimiento de los terminales ya que estos
seguirían siendo manufacturados en Oriente.
En la bolsa de Fráncfort, las acciones de Siemens caían hacia las 10.25 horas
GMT un 0,74 por ciento, hasta 68,30 euros. |