Agencias - La manifestación de Milán convocada por los sindicatos
mayoritarios CGIL, CISL, UIL y los del sector de las telecomunicaciones
discurrió por el centro de la capital lombarda, hasta la sede de Telecom, donde
hablaron los líderes sindicales.
En Roma los empleados del grupo de telecomunicaciones se manifestaron también
por el centro de la ciudad y terminaron ante la Cámara de los diputados, donde
lanzaron sus eslogan contra los directivos de la empresa.
La huelga fue convocada hace varias semanas tras conocerse que el Consejo de
administración de Telecom había aprobado un plan de reorganización que prevé la
división de sus sectores, con el posterior objetivo de vender la parte de la
telefonía móvil (TIM).
Para el secretario del sindicato de categoría Uilcom-Uil, Giorgio Serao, los
dirigentes de la compañía tienen que explicar la marcha atrás de un 'plan
industrial aprobado por los sindicatos y que preveía la convergencia entre el
sector móvil y fijo'.
Los sindicatos acusan a la compañía de querer vender TIM para pagar las deudas
contraídas por el grupo Pirelli, empresa propietaria del 70 por ciento de la
sociedad Olimpia, que a su vez controla el 18% de Telecom.
Las deudas de Telecom se cifran en 40.000 millones de euros. Tras la polémica
que causó el anunció del plan de reorganización y las acusaciones al gobierno de
conocer esta escisión del grupo acabo dimitiendo como presidente de Telecom, el
también presidente del grupo Pirelli, Marco Tronchetti Provera.
El secretario general de la CISL, Raffaele Bonanni,se dirigió en su discurso al
Gobierno para pedir 'que se ocupe del problema Telecom pero sin meter
completamente en manos públicas la compañía', así como que defienda la 'unidad
de la sociedad y la deje sólidamente en manos italianas'.
Para el secretario del sindicato de telecomunicaciones SLC,Emilio Miceli, esta
no será la última movilización si la compañía 'no da respuestas concretas a las
peticiones de los trabajadores'.
'Telecom es uno de los grandes grupos industriales del país que está atravesando
dificultades debido a la organización de sus propietarios. Esto implica que
estos problemas se les tiene que hacer pagar a una empresa y a sus
trabajadores', comentó el secretario general del sindicato mayoritario CGIL,
Guglielmo Epifani.
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