Me recogen en el stand de Parrot. Un chico joven y alto, me conduce hasta el coche. Un Lotus Elise R. Un deportivo de pura raza. Un coche que nada más que encendemos el motor hace que hasta la policía se quede embobada viéndolo.
Si de algo se caracterizan los Lotus, es que son coches amados por todos los amantes del motor. El motor situado en la parte de atrás del coche, una transmisión trasera, sin ayudas electrónicas, “como los de antes”, 200 cv y más ligero que un Peugeot 207, un Mini o un Ibiza tienen la culpa de ello.
Mi acompañante me lleva hasta la parte de arriba de la montaña de Montjuïc, la montaña mágica. Allí lanzamos las fotos al vehículo y me explica toda la gama de productos Bluetooth que lleva el vehículo (dos radios, un gps, y varios manos libres de diversas marcas). Diez segundos después de que me pregunte si lo quiero conducir, ya estoy girando la llave para arrancarlo. Embrague a fondo, marcha atrás para situarnos de nuevo en el carril, ponemos la primera y gas a fondo.
Aunque es el deportivo “de los pobres” (su precio es un poco superior a los 40.000 euros) y quizás en prestaciones técnicas hay algunos compactos vitaminados que pueden igualarle, en prestaciones puras de conducción no. Es un coche con un nervio increíble, un acelerón a fondo y te quedas, literalmente, enganchado al baquet (asiento). Además, el puesto de conducción es muy bajo (la parte inferior del marco de la puerta queda a la altura de las rodillas).
El cambio de marchas es algo duro, pero te acostumbras fácilmente. A la hora de girar, quizás tienes que hacer más fuerza que en cualquier coche actual, pero la precisión es muy exacta. Un breve movimiento de volante y ya estás situado en el carril contrario para adelantar. Los pedales muy deportivos (el freno muy duro, aunque dos veces tengo que frenar un poco más de la cuenta nunca llegué a hundir ni un poco el pedal, mientras que el pedal del acelerador es muy estrecho) cumplen su función de radicalizar la conducción.
En definitiva, la gracia de este Lotus es que se trata de un coche pequeño, incomodo, poco práctico, con un motor ensordecedor, un cambio de marchas y pedales demasiados duros y toscos, pero que una vez te bajas de él, estás como loco para intentar dar otra vuelta. Un coche cien por cien pasional, un capricho de lujo… para aquellos que lo puedan disfrutar.
This awesome blog is no doubt cool as well as diverting. I have discovered a bunch of useful things out of it. I¡¯d love to return again soon. Cheers!