La mayoría de las personas saben que las computadoras Apple Macintosh son una experiencia diferente a todas las demás, pero pocas saben que dicha experiencia empieza con el empaquetado.
Una caja que se ajusta bastante a las medidas del portátil aunque ligeramente más ancha, custodia en su interior una serie de departamentos con todo lo imprescindible para disfrutar de una experiencia Mac al completo; en primer término el MacBook, protegido por una funda de plástico transparente y un protector para la pantalla. Inmediatamente debajo, los DVD’s y CD’s con el sistema operativo y las aplicaciones que corresponde, y el cargador.
Guillem Alsina – Este es sin duda el primer elemento que sorprende a los novatos en el mundo Apple, sobretodo si han tenido varios PC’s portátiles; en estos últimos, el conector del cargador que se conecta físicamente al portátil debe encajarse en un agujero del ordenador, pero en los Mac’s funciona desde hace tiempo por inducción electromagnética. Uno no puede figurarse, hasta que lo ha probado, lo cómodo que es este sistema para evitar accidentes que, en un ordenador “normal” pueden ser fatales para el conector. Si tiramos con fuerza moderada del cable de corriente, este se desconecta de una forma natural y sin que el Mac sufra ningún tipo de daño. En cualquier otra máquina portátil si, por ejemplo, tropezáramos con el cable de corriente, arrastraríamos con nosotros toda la computadora, arrojándola al suelo y tal vez incluso partiéndola. Sinceramente, y pese a confiar mucho en esta solución, fui incapaz de hacer el test en un entorno con riesgo real para la computadora… 
De todos es sabido que el diseño de las computadoras Apple Mac es una de sus bazas. Son máquinas únicas no solamente por sus prestaciones y su funcionamiento, sino también por el esmerado envoltorio en el que se presentan. Así, el nuevo MacBook de 13” con carcasa unibody (hecha en una sola pieza) de aluminio presenta una silueta estilizada, muy delgada y sin aberturas apreciables más que los propios puertos USB. Una vez abierta la tapa, destaca en primer término el trackpad para utilizar a modo de ratón.
Este consiste en una superficie plana, ligeramente más hundida que el resto, en la que no se ve ningún botón. Eso es tal vez lo que más llama la atención. El área inferior de este trackpad funciona a modo del único botón del ratón que necesitan los Macs para funcionar, aunque a simple vista no se muestre al usuario. Esto también hace que las líneas del MacBook sean más simples y estilizadas, haciendo del minimalismo una belleza en si misma.
Este elemento es, además, multitáctil, permitiendo por ejemplo que con solamente girar sobre él con nuestros dedos, podamos rotar una imagen expuesta en el programa iPhoto. El resultado es inicialmente espectacular, pero una vez nos acostumbramos a ello, lo que queda es la practicidad que ofrece. Claro que continua siendo espectacular a aquellas personas que no utilizan Mac OS X a diario 
Cada tecla de su teclado es independiente, teniendo un tacto muy cómodo y un retroceso al pulsarlas que también se nos antoja como muy cómodo. Digamos que es una máquina pensada para pasarse muchas horas tecleando. Solamente subrayar tres pequeños inconvenientes a nuestro parecer: la distancia entre teclas es un poco grande, provocando que los ligeros desplazamientos laterales de las manos se acaben haciendo pesados, y la tecla de retorno de carro es demasiado pequeña, parece que la hayan metido a duras penas en el espacio que dejaban libre el resto de teclas.
El tercer inconveniente se encuentra en la tecla de bloqueo de mayúsculas, demasiado “dura”, ya que si uno va tecleando con un cierto ritmo y la pulsa con la misma intensidad que otras teclas, en la gran mayoría de las ocasiones no quedará pulsada, dejándonos sin mayúsculas bloqueadas. Esto nos pasó no una ni dos veces, sino infinidad de ellas.
Una vez arrancada la máquina llama la atención el nulo ruido que genera. A lo largo de todos los días que la probamos, no recordamos ni un momento en que oyéramos algo mínimamente estridente que perturbara la paz del trabajo. En el aspecto del silencio, un diez para Apple que se come literalmente al resto de los fabricantes de portátiles.
Dos puertos USB pueden parecer escasos para muchos usuarios, algo en lo que estamos de acuerdo aunque parcialmente. En un MacBook Pro de 17” nos parecerían muy escasos, pues va a ser una máquina que esté más tiempo sobre una mesa de trabajo en un despacho que en la carretera, y probablemente con una impresora y una llave USB conectadas todo el día, pero la máquina de 13” es más llevadera y, por lo tanto, mucho más susceptible de convertirse en una computadora “de ruta”.
Además de estos dos puertos, contamos con un FireWire, el puerto Ethernet, los habituales mini-jacks para auriculares y micrófono, y un slot kensington para un sistema de seguridad de este tipo. Junto a la toma del cargador, todos estos conectores se localizan en el lateral izquierdo del aparato (mirándolo de frente), dando con ello una imagen muy ordenada.
También en la izquierda de nuestra máquina se sitúan los LED’s que nos informan de la carga de la batería. Quedan muy bien disimulados e integrados con el conjunto de la estética general del aparato, aunque no tan bien como el indicador de que el portátil ha entrado en estado latente, que encontramos en la parte frontal derecha y que a penas se percibe hasta que se activa.
La “granularidad” de los LED’s que indican el estado de la batería es de ocho en total, activándose cuatro cuando estamos al 50% de carga. Para consultar el estado de la batería debemos pulsar en un pequeño botón.
En la parte derecha (nuevamente, mirando de frente a la máquina) tenemos la grabadora de DVD, de slot-in. Es una lástima que Apple sea, a día de hoy, el único fabricante que integra un sistema con esta forma de cargar el disco.
Independientemente de su peso, la sensación de ligereza de esta computadora es máxima, aunque ello no significa que no ofrezca una imagen de robustez que, realmente, se cumple.
Como último repaso a la estética de la máquina, decir que el botón de arranque, el micro integrado y la webcam se encuentran tan perfecta y sobriamente integrados en la carcasa y el aspecto general de la máquina que constan prácticamente como detalles que pasan desapercibidos al usuario.
Trabajando
Algo que nos ha sorprendido en www.imatica.org es el sensor que incorpora para detectar la luz ambiental y ajustar el brillo de la pantalla por si solo, muy útil en situaciones en las que se cambia de interior a exterior con cierta rapidez. No obstante, y en el panel de control, nos ha parecido muy escasa la única posibilidad de activarlo o desactivarlo, sin poder ajustar la disminución o el aumento que experimenta dicho brillo según la incidencia de la luz. También nos hemos encontrado con alguna experiencia curiosa al trabajar de espaldas a una ventana que, no obstante, no ha empañado el buen hacer de esta funcionalidad.
Del Mac OS X poco podemos decir que no se sepa, aunque su análisis sería demasiado extenso como para caber en este artículo, así que os daremos algunos retazos de nuestras impresiones al trabajar con la versión 10.5.6 que es la que traía el MacBook cedido por la compañía de Cupertino.
La nueva visualización Cover Flow en el Finder para poder ver ficheros es incómoda pese a ser visualmente muy atractiva. Diríamos que está preparada para algo más, esperando a la salida al mercado de máquinas con pantalla táctil ya que, entonces, cobraría todo el sentido por comodidad y practicidad de manipular los archivos en este modo de visualización con los dedos.
Las teclas de función (F1, F2,…) activan directamente algunas funcionalidades como la de Exposé, que nos permite ordenar las ventanas abiertas en ciertas formas, o bien traer a primer plano los widgets del sistema. También tenemos en las teclas que van de la F7 a la F9 los controles para la reproducción de música, y de la F10 a la F12 los correspondientes al volumen.
Solamente un apunte para aquellas personas que no hayan visto todavía un Mac OS X en acción: los detalles están muy trabajados, y la interfaz de usuario es sumamente cómoda, respondiendo con una buena velocidad a las acciones que lleva a cabo el usuario.
El trackpad multitáctil es muy práctico una vez se dominan los gestos que permiten llevar a cabo acciones, aunque para ello sería de agradecer una guía más visible a través de un icono en el Dock, ya que la única que encontramos se localiza en las Preferencias del Sistema, lugar en el que puede quedar un poco escondida para el usuario final.
La calidad de la pantalla es excelente, y aunque cansa menos a la vista que los monitores de los portátiles PC convencionales, igualmente se acaba haciendo pesada al cabo de unas horas de trabajo. ¿Para cuando una tecnología que nos permita no tener que dejar la computadora por cansancio ocular?
La duración de la batería es correcta, aunque para ser justos, en nuestro laboratorio esperábamos unos mejores resultados, especialmente cuando se cierra la tapa de la máquina poniéndola en estado “latente” o “durmiente”. En este caso, el consumo de energía es menor que estando encendida y a pleno rendimiento, pero aún así consume una cantidad no desdeñable de batería. Digamos que dejándolo “durmiente” toda una noche, puede dificultar el poder trabajar a la mañana siguiente durante un largo viaje, no aguantando hasta el final del trayecto.
En comparación con los antiguos iBook con procesadores G4, diríamos que aún siendo superior la duración y el rendimiento de la batería, en comparación -y recordemos que estamos enfrentando tecnologías diferentes separadas por unos cuantos años de desarrollo- los modelos actuales piden más energía a sus baterías.
Este aspecto es, púes, mejorable en las nuevas máquinas de Apple.
Para “liquidar” el tema de la puesta en reposo del equipo, mencionar que como es tradicional en los portátiles de Apple, la vuelta desde el estado de latencia es extremadamente rápida. Con solo abatir la tapa de la máquina entramos en dicho estado, y con solo volver a abrirla (o conectar un dispositivo USB aunque se encuentre la tapa cerrada) volvemos de él y podemos ponernos a trabajar al momento.
Llevarlo a cuestas no se hace a la larga un suplicio para nuestros brazos como pasa con otras alternativas PC de tamaño similar, y debemos suponer que esta ligereza es debida en buena parte al empleo del aluminio antes comentado. La verdad es que con solamente mirarlo, este MacBook da una imagen de ser más pesado de lo que es en realidad.
Valoración final:
5 sobre 5. Una máquina excelente a la que uno solamente puede encontrarle pequeños detalles sueltos que no le gusten, pero que a buen seguro gustarán a otros usuarios. No obstante, y al tener un precio superior al de otras alternativas PC equivalentes en tamaño y especificaciones de hardware, queda reservada a un público más pudiente o bien a profesionales. Su imagen muy trabajada lo convierte en ideal para todos aquellos usuarios o empresas que deban cuidar especialmente la estética.
Mención aparte para el Mac OS X 10.5.6, que se merecería un análisis completo para el solo, pero de unas cuantas hojas…
Agradecemos a Apple España la cesión de un MacBook de 13″ para la realización de este análisis.
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