"Ir de compras" es una actividad más que se ha sumado a la oferta de ocio que
barajan los españoles y además, les resulta gratificante.
Según el estudio "Barometro del Consumidor 200" de la fundación Eroski, los
españoles diferencian "ir de compras" a "realizar la compra". En la primera
categoría, podriamos entender aquella actividad enfocada a visitar almacenes y
tiendas, sin una idea predefinida clara del articulo que finalmente se
adquirirá. En el segundo, podriamos estar hablando de hacer la compra de
aquellos productos necesarios: alimentos, droguería, ropa convencional, con ya
una idea prefijada claramente de aquellos que serán claramente adquiridos.
Pues bien, si preguntamos a los ciudadanos en qué medida les gusta hacer la
compra e ir de compras, dicen que les gusta algo más (6,42 puntos) el más lúdico
“ir de compras” que el rutinario cometido “hacer la compra” (6,04 puntos), pero
ambas actividades les agradan suficientemente. Además, las dos mejoran
perceptiblemente frente a 2001. Es decir, a la gente le agrada bastante (que no
mucho) hacer la compra, por lo que sistemas que para ahorra tiempo en esta
actividad (como la compra electrónica) pueden tener aquí un freno importante.



Pagar más para ahorrar tiempo, ¡no!
Al considerar la compra como una actividad de "ocio", la mayoria de los
consumidores no aprecian el valor del ahorro del tiempo, un "valor añadido" que
puede ser un aliciente para las compras electrónicas.
La predisposición a pagar más por servicios que ahorren tiempo a la hora de la
compra era muy escasa en 2001 (3,6 puntos sobre 10) y lo sigue siendo, aunque
con una leve tendencia alcista, en 2002 (3,74). Este es el elemento de todo el
Barómetro del Consumidor donde la edad y el estatus más han influido. Los más
jóvenes (de 14 a 20 años) son los menos reacios a pagar por estos servicios
(4,64 puntos), mientras que las personas de más de sesenta años puntúan a esta
posibilidad con un rotundo 2,44 sobre 10.
Lo mismo ocurre con el estatus: los de nivel alto y medio alto alcanzan el 4,63,
los de nivel medio 3,83 y los de nivel bajo y medio bajo sólo ofrecen 3,23
puntos a la posibilidad de pagar para ahorrar tiempo en la compra. Crece la
disposición según aumenta el tamaño del hábitat, pero se encuentra una notable
diferencia entre las ciudades de Madrid (la más alta, 4,39) y Barcelona (una de
las más bajas, 3,59)
Conclusión, la oferta de comercio electrónico en España debe enfocarse,
principalmente a aquellos servicios y productos, que representen un alto valor
añadido en su oferta, o por el contrario que destaquen por precios y gama
difíciles de encontrar en las visitas de los españoles a los centros
comerciales.
sábado mayo 24, 2014