La publicación este viernes pasado del artículo "La
comunidad gay contra Postal2" ha propiciado un debate entre el redactor de este,
Pablo
Ruisanchez, y uno de nuestros lectores, Sergio Salvador, un experto en el
mercado de los videojuegos (fue el impulsor de la publicación digital, "solojuegos.com")
y ahora ejecutivo de la multinacional, Electronic Arts.
Por su interés publicamos el intercambio de correos, invitando a nuestros
lectores a dar su opinión
a través del correo electrónico de nuestra redacción.
Correo electrónico de Sergio Salvador
Estimados señores:
Me veo obligado a dirigirme a ustedes tras leer este articulo de opinión
(¿Existen límites para la imaginación? ) publicado el viernes 24 de enero ensu medio.
Considero que la opinión de Pablo Ruisanchez esta poco fundamentada y
alejada de la realidad de los videojuegos en nuestro país. Por desgracia, se
trata de algo recurrente en su profesión, ya que a menudo (demasiado a
menudo, diría yo) los medios deciden cebarse, por falta de mejores noticias
"de interés" o, simplemente, por una absoluta y total ignorancia del tema,
en una industria que es parte integrante, no de un "sector de menor edad" de
la población, sino de un cada vez mayor numero de personas adultas.
Les guste o no, la industria del videojuego no es sino una forma como otra
cualquiera de entretenimiento. Una forma que en los últimos años ha
experimentado un gran crecimiento y ha abandonado para siempre la categoría
de nicho. La industria del videojuego como forma de ocio ha madurado, y ya
no es solamente el dominio exclusivo de "mentes en estado de formación". La
consola con mayor numero de usuarios en España es la Playstation(r)2 de
Sony, cuyos mayores compradores tienen entre los 18 y los 34 años de edad.
Aproximadamente el mismo grupo de edad de los compradores de consolas XBox
de Microsoft y Gamecube de Nintendo.
Por que nos extraña entonces que una serie de empresas creen videojuegos
dirigidos a una parte de ese publico adulto que quiere consumir este tipo de
productos? Acaso nos escandalizamos cuando en nuestro videoclub habitual
podemos elegir entre una selección de películas de Bruce Willis o
Jean-Claude Van Damme, y otra de películas pornográficas? Obviamente, yo no.
Son productos que tienen demanda entre un publico adulto. Exactamente igual
que los videojuegos.
Sin embargo, y a pesar de que la mayor parte del articulo de opinión del
Señor Ruisánchez me parece fruto de una ignorancia supina (o de unas ganas
mayúsculas de terminar la jornada laboral de forma apresurada), he de decir
que estoy totalmente de acuerdo con su ultima afirmación. Desde la propia
industria, y a pesar de que en la mayoría de los países de la Unión Europea
ya existen organizaciones de clasificación de videojuegos (ADESE en España,
sin ir mas lejos), se acaba de crear una asociación pan-europea que, en
coordinación con la Comisión Europea, va a implantar un sistema de clasificación de videojuegos en 16
países de Europa Occidental. Este sistema
dispone de 5 clasificaciones por edad y 6 descripciones de contenido, que
aseguran, en la propia caja del videojuego, que la persona que lo adquiere
sabe exactamente que va a encontrar cuando lo juegue. Igualmente, la asociación va a promover la
educación de los compradores, a través de una
campaña en los puntos de venta de videojuegos, y en los propios medios de
comunicación, para que puedan reconocer la nueva clasificación.
Con toda esta nueva serie de medidas, la propia industria se asegura de que
si un niño compra un videojuego con una clasificación de Adulto, tanto el
niño, como los padres y educadores, saben que lo esta haciendo con pleno
conocimiento de que ese videojuego no es adecuado para el. No es censura, es
responsabilidad.
Atentamente,
Sergio A. Salvador
European Product Manager
Electronic Arts
1 Correo Respuesta de Pablo Ruisanchez
Estimado señor Salvador,
No creo que en ningún momento el artículo establezca un límite de edad para
los usuarios de videojuegos, como tampoco critique la diversidad de
contenidos. Tampoco veo yo que la industria pueda considerarse dañada por
opinar negativamente acerca de un juego donde matas a gays, yonquis, perros
y gatos. Mi crítica, si se puede llamar así, se centra en las posibles
consecuencias que tendría para un niño eso de matar a gays y yonquis en la
pantalla. Porque el niño puede jugar a Postal, ¿no?
"Acaso nos escandalizamos cuando en nuestro videoclub habitual
podemos elegir entre una selección de películas de Bruce Willis o
Jean-Claude Van Damme, y otra de películas pornográficas?" No, pero si me
encontrara una Snuff movie donde una hombre descuartiza a otro ser humano,
yo me escandalizaría.
En mi humilde opinión, estamos de acuerdo, pero opinar es libre y
publicaremos con gusto su respuesta el próximo lunes.
Saludos cordiales,
Pablo Ruisánchez
2º Correo electrónico de
Sergio Salvador
Estimado Sr. Ruisanchez:
Muchas gracias por su explicación. Solo me gustaría
terminar de matizar un par de cuestiones que me surgen
de ella.
En primer lugar, no estoy haciendo una defensa del
juego Postal2 en concreto, sino mas bien de la libertad
de expresión, siempre que el contenido del videojuego
no ofenda. En este caso, el juego en concreto ha
ofendido a ciertos grupos, y yo mismo espero que algunos
gobiernos en ciertos países lo prohíban (estoy pensando
en Alemania), mientras que otros seguramente lo confinaran
a unas pocas tiendas, y por desgracia en muchos países los medios
se cebaran con el. De cualquier forma, el hecho de que
en el juego en cuestión se pueda matar a gays lo considero
accesorio, ya que hay muchos juegos en los que se puede
matar a personas y eso no crea ningún tipo de problema.
En este caso se trata de un colectivo concreto y es por
ello por lo que ha levantado suspicacias. No podemos prohibir
a empresas que hagan este tipo de juegos simplemente porque
puedan jugarlos niños, porque lo mismo se puede decir de películas pornográficas o, incluso, de que algunos padres
tengan armas en casa. Lo que esta claro es que su clasificación será para mayores de 18 anos y es
obligación de padres,
educadores y vendedores que este juego no este al alcance
de los niños.
En segundo lugar, estoy totalmente de acuerdo con el ejemplo
de la snuff movie, pero me temo que en esta discusión el ejemplo
no es relevante, ya que no se puede comparar una snuff movie
(que son ilegales) con un videojuego, donde no hay personas
reales, ni nadie muere. Y si, es posible que alguien cree un
videojuego basado en un campo de exterminio. De hecho, y aunque
no es exactamente lo mismo, recuerdo ahora mismo el juego
La Gran Fuga, basado en la (gran) película del mismo titulo,
y que consistía en escapar de una prisión nazi. Y estoy hablando
de los anos 80. O el gran juego español Commandos, creado por
Pyro Studios, que se basa en un equipo Aliado que tiene que realizar
misiones en la Alemania nazi. O, finalmente, Battlefield 1942,
juego en primera persona que enfrenta a jugadores y equipos
de todo el mundo, muchos de ellos ciudadanos reales de los países implicados en la Segunda Guerra Mundial y que ahora
juegan y se divierten recreando las batallas. La palabra
clave aqui es JUEGAN. Todo el mundo sabe que lo que están
haciendo no es real.
En fin, podríamos seguir horas con este tema. Gracias
por haberme escuchado ya que pienso que muchas veces la
industria de los videojuegos esta demonizada en exceso,
y muchos medios obvian la existencia de títulos como
Harry Potter, o juegos de Disney que son específicos
para niños.
Atentamente
Sergio A. Salvador
European Product Manager
Electronic Arts
2 Correo Respuesta de Pablo
Ruisanchez
Estimado señor Salvador,
Volvemos a estar de acuerdo. No considero que Postal2 sea el primer o el
último juego donde se mate a gente ni mucho menos donde se maten gays; pero
el hecho de matar a un colectivo de civiles pacíficos por causa de sus
tendencias sexuales me parece... ¿poco democrático? Si partimos de la base
que una sociedad se construye con el objetivo de fomentar la convivencia
entre personas que de otro modo no tendrían más que matarse entre unos y
otros, pues, de nuevo en mi humilde opinión, el fomento del odio "étnico" no
me parece muy adecuado.
Le recuerdo que las palabras del propietario de el juego no fueron en modo
alguno conciliadoras. "Es un juego... acostúmbrate". Por acostumbrarnos, nos
podríamos acostumbrar a pasar de la imaginación a la realidad y pegar cuatro
tiros sobre nuestros compañeros de colegio (un hecho que ya ha tenido lugar
varias veces en Estados Unidos y del que, en ningún caso, acuso a los
videojuegos. Si alguien es culpable, es quien dispara; mi pregunta es más
bien cómo podemos hacer para educar a ese ser humano.)
Saludos cordiales
Pablo