Agencias - "Esta inauguración es un gran paso hacia una
sociedad de (consumo de) hidrógeno", dijo el ministro islandés de Industria
y Comercio, Valgerdur Sverrisdottir, en una ceremonia en la estación ubicada en
Reykjavik.
La estación, administrada por Royal Dutch/Shell, será usada para abastecer a
tres autobuses DaimlerChrysler en Reykjavik bajo un proyecto financiado
parcialmente por la Unión Europea.
Islandia quiere que otros vehículos, incluyendo automóviles y barcos, usen
combustible de hidrógeno que sólo emite agua. Los combustibles fósiles lanzan
emanaciones venenosas que incluyen el dióxido de carbono, al que se le atribuye
el calentamiento global.
"La inauguración de hoy es un importante paso a lo largo del camino hacia un
futuro de hidrógeno comercialmente viable", dijo Jeroen van der Veer,
presidente de Royal Dutch Petroleum Company, en un comunicado.
Pero la tecnología de hidrógeno tiene sus limitaciones, entre ellas altos costos
y problemas con el almacenamiento y la distribución del hidrógeno.
Estados Unidos y la Unión Europea están entre los que buscan encontrar vías más
amplias para usar hidrógeno en células de combustible para generar electricidad
que pueda dar energía a los vehículos.
Islandia planea probar los autobuses durante dos años y se propone depender
totalmente de fuentes de energía renovables, como la geotermia y la hidroenergía,
para el 2030. El costo total del proyecto, incluyendo los tres autobuses, es de
aproximadamente 7,0 millones de euros (7,70 millones de dólares).