Según publica el New York Post, gerentes de 50
establecimientos en 5 distritos coinciden en señalar que la medida ha llevado a
la perdida del 50% de la clientela habitual.
Los bares y restaurantes mueven unos 10.000 millones de dólares anuales en la
ciudad, aunque es posible que esa cifra baje ahora que no se puede acompañar una
copa con un cigarrillo.
Además, los bares no se atreven a violar la normativa ya que esta especifica que
si se detectan tres infracciones el establecimiento podría ser clausurado